Connect with us

Tras cuatro años sin enfrentarse de manera oficial, Huracán y San Lorenzo se vieron nuevamente las caras en el Nuevo Gasómetro. El conjunto de Néstor Apuzzo se puso en ventaja en el primer tiempo mediante un golazo de Patricio Toranzo; pero los de Bajo Flores, de la mano de su capitán Leandro Romagnoli y la complicidad del árbitro del encuentro, Saúl Laverni, dieron vuelta el resultado y se quedaron con el clásico.

LO BUENO

– El Primer tiempo: El partido comenzó con un San Lorenzo que tomó la iniciativa y salió envalentonado a buscar el encuentro. Por su parte, Huracán trataba de aguantar y hacer pie en cancha. Corrieron los primeros minutos y el Globo comenzó a estar fino con la pelota en sus pies y lo materializó rápidamente por medio de un zapatazo de afuera del área de Patricio Toranzo. El conjunto Quemero abrió el marcador y volcaba la balanza a su favor. El Pato Toranzo estaba encendido y preciso, Romero Gamarra se mostraba incisivo por su banda derecha y Federico Vismara era el termómetro del mediocampo. Huracán tuvo la oportunidad de abultar el marcador pero la poca puntería y la mala vista del árbitro se lo impidieron.

– Patricio Toranzo: Fue el único jugador de Huracán que entendió cómo se debía jugar el partido. Es que Patricio Toranzo fue ése Toranzo que todos queremos. Ése capaz de apilar jugadores y meter la pelota entrecortada a los delanteros. Ése con la aptitud de lastimar con su notable pegada de larga distancia. Ése que corre por toda la cancha ocupando los espacios, recuperando y jugando rápidamente la pelota para salir de contra. Toranzo jugó en el nivel que todos esperamos de él y que él es capaz de jugar. Se movió por todo el ancho y largo del terreno de juego, siendo la rueda de auxilio en todas las líneas. Además de su gol, tuvo la oportunidad de descontar tras meterse en el área como un centro delantero y conectar un centro de cabeza que se estrelló contra el palo derecho de Torrico.

– Alejandro Romero Gamarra: Fue el primer clásico para el “chiquitín” Quemero y lo cerró con actuación de mayor a menor. El Kaku arrancó encendido y punzante, haciendo lo que más nos gusta que haga, divertirse jugando a la pelota. En esta oportunidad, le tocó jugar por la banda derecha, cerrándose al medio para quedar con su perfil zurdo. Durante el primer tiempo, Kaku marcó diferencias con su habilidad y hasta estuvo cerca de convertir un golazo con un remate que se fue apenas desviado del ángulo izquierdo. Con el correr del segundo tiempo, Gamarra se fue apagando y gravitó durante los últimos minutos del partido casi sin poder hacer pie en cancha.

– Federico Vismara: Jugó un partido a puro sacrificio. El ex Instituto se ocupó de manejar todos los espacios de un mediocampo que tuvo muchas dificultades, tanto para conectar el equipo entre sus líneas como para aguantar las embestidas de San Lorenzo. Lejos de ocuparse solamente de sus tareas, Vismara tomó las riendas en la mitad de la cancha, corrió los 90 minutos y trató de auxiliar a una defensa totalmente desorientada.
LO MALO

– El segundo tiempo: Huracán salió al complemento con el resultado en desventaja. Todo indicaba que el Globo debía salir a comerse la cancha para emparejar el marcador y poder aspirar a torcerlo a su favor. Lejos de eso, el conjunto de Apuzzo tuvo muchas dificultades para recuperar la pelota y bloquear las embestidas de su rival. Es que San Lorenzo capitalizó la pelota y tuvo todas las comodidades para salir jugando desde abajo. Los ingresos de Puch y Campana cambiaron un poco la imagen pero no lograron torcer el destino del Globo.

– No jugó un clásico: Con excepción de algunos jugadores, muchos no entendieron el compromiso de jugar un clásico y cómo se debe hacerlo. Una de las frases más trilladas para un derby de esta índole es: “los clásicos son un partido aparte”, y seguramente es una de las máximas verdades. Es por ello, que en los clásicos nunca existe ni cansancio,  ni el egoísmo, ni la falta de compromiso y sacrificio. Para muchos jugadores era la primera vez que disputaban el clásico, otros ya lo habían hecho y sabían de qué se trataba. Llama la atención que estos últimos no hayan contagiado a los primeros y también llama la atención que esos primeros no se hayan contagiado de esos últimos. Ya nada se puede hacer sobre lo hecho, solo mirar para adelante y no cometer los mismos errores.

– La defensa: La última línea Quemera tuvo serios problemas en todos los ataques de San Lorenzo. Los locales, lograron romper el fondo Quemero de diversas formas, no solo mediante pelotas paradas y el juego aéreo, sino con jugadas por los costados y por el medio que dejaron al desnudo muchas falencias defensivas. Sin ir más lejos, la jugada del primer gol, Matos y Romagnoli estaban rodeados por siete camisetas de Huracán que se limitaban a una marcación en zona que les brindó la libertad de empatar el partido. La jugada del segundo gol, que se dio a través de una pelota parada dejó increíblemente solo a Caruzzo en el área chica para que éste diese vuelta el resultado. Los problemas del fondo de Huracán fueron evidentes y le costó, al menos en parte, el quedarse con las manos vacías.

– Los cambios: Todo espectador que estuviese atento al partido, entendía que la tarea de Ezequiel Gallegos era cubrir las espaldas de Vismara, ocupar los espacios en los retrocesos de Huracán y relevar a los centrales en las jugadas de peligro. Tarea ardua y bien ejecutada la del juvenil que le implicaba correr mucho, aún sin tener la pelota. Por su parte, Montenegro estaba teniendo una mala tarde en la que casi estuvo peleado con la pelota. Quizás por sus similares características con Toranzo, quizás por la buena labor de Mercier o quizás por un mal día. Es por ello, que todo indicaba que él era “el cambio cantado”. El técnico no lo vio de igual forma y sacó a Gallegos para que ingrese el chileno Puch. Tal vez la falta de apellido del juvenil hizo que se fuera rápidamente de la cancha en el momento menos oportuno, pero lo cierto es que con ése cambio, Huracán regaló el mediocampo al dejar en soledad Vismara sin otro socio para la marca.

– Daniel Montenegro: Un partido para el olvido el de Daniel Montenegro, quien nunca pudo entrar en el rimo de juego y convertirse en el hombre de juego que él sabe ser. Montenegro, por su calidad y experiencia, es uno de los hombres de quien más se espera en este tipo de partidos. Lo cierto es que la tarde errática y apagada del Rolfi dejó en desigualdad de condiciones a Huracán.

– Guillermo Sotelo: Floja actuación del juvenil Quemero, quien tuvo muchos problemas para marcar a Romagnoli y a Blanco. En el aspecto defensivo, Sotelo dio muchas ventajas para que los de Bajo Flores llegaran a la zona de peligro por su sector. En cuanto a sus otras funciones como lateral, tampoco estuvo decidido para pasar al ataque o adelantarse unos metros para cortar las jugadas en la mitad de la cancha.

– Ramón Ábila: El cordobés no viene con buen pie y eso le duele a Huracán. La soledad en la que le toca jugar, la mala fortuna, los nervios y bastante responsabilidad propia, le están jugando una mala pasada a Wanchope. Trató pero no pudo tras inventar una jugada para quedar mano a mano pero la malogró tras rematar de zurda. Ábila nuevamente no logró ser contundente en arco rival. Es cierto que Wanchope juega en soledad, pero también es cierto que él es capaz de ingeniárselas para convertir. Lejos de eso, el cordobés estuvo fuera del partido quedando en reiteradas ocasiones en posición adelantada. En muchos momentos, los de Bauza tiraron el achique y Ábila no comprendió lo que la jugada le exigía, que era estar atento al movimiento de sus marcadores para no quedar expuesto al off side.
LO FEO

– El arbitraje de Saúl Laverni: Desde la previa del clásico, la designación de Laverni como impartidor de justicia hizo ruido para ambos equipos, pero más para Huracán. Ya es de público conocimiento que el Globo siempre es uno de los más perjudicados por los árbitros en el fútbol argentino. Casi como si fuese una triste costumbre. Ante San Lorenzo, la cosa no fue diferente. En tres jugadas claves, los fallos de Laverni perjudicaron notoriamente a Huracán. En el primer tiempo no sancionó un claro penal de Torrico sobre Wanchope Ábila. La jugada previa al córner que derivó en el segundo gol de San Lorenzo, provino de una falta inventada por él. La última y más llamativa, fue el penal que le cobró a Vismara. Simple, si el jugador de Huracán hubiese empujado a Romganoli, éste se hubiese caído hacia un costado y no volcándose hacia adelante; movimiento que indica que se dejó caer tras sentir la cercana presencia del volante central Quemero. Si de jugadas aisladas hablamos, la lógica de Laverni fue la misma. Dejó pasar un claro golpe que Romero Gamarra recibió en el rostro, no sancionó cuatro faltas que Wanchope recibió en el borde del área cuerva (sí, lector, cuatro faltas) y provocó verbalmente a varios jugadores Quemeros. Este tipo de arbitrajes y, sobre todo, este tipo de árbitros, son los que ensucian nuestro querido fútbol. Probablemente Laverni sea parado una fecha, probablemente se pase por alto su arbitraje. Lo único cierto es que sus “errores” ya pasaron y Huracán ya fue perjudicado.

– La falta de cambio: Huracán está atravesando un momento con oportunidades inmejorables. Retornó a su lugar de pertenencia tras casi cuatro años de duras penas en el Nacional B, se encuentra jugando el certamen más importantes del continente y todavía tiene la oportunidad de alzarse con un título más al enfrentar a River en la Súper Final en los próximos días por la Súper Copa Argentina. Si bien es tarde para lamentarse por las malas y austeras decisiones tomadas por el Globo en el mercado de pases, aún hay tiempo de torcer el rumbo. Lo cierto es que esto último no está ocurriendo. Huracán suma apenas 4 puntos en el torneo local y todavía no pudo ganar en la fase de grupos por la Copa Libertadores. Es tiempo de hacer una autocrítica y empezar a resolver falencias, Globo. Aún estamos a tiempo.
LOS NÚMEROS

– Historial ante San Lorenzo: Huracán y San Lorenzo se enfrentaron en 155. El Globo ganó: 41; empató 40 y perdió los 74 restantes.

– Último triunfo frente a San Lorenzo como visitante: Huracán no vence a San Lorenzo en condición de visitante desde el 2009. Dicho partido se jugó en cancha de Boca y el entonces equipo dirigido por Ángel Cappa, se quedó con el clásico gracias al gol de Paolo Goltz.

– Anterior partido ante el Ciclón: Fue el disputado en el Tomás Ducó el 28 de julio del 2012 por los “Clásicos de Invierno”. En aquél amistoso el Globo y el Ciclón no se sacaron ventajas e igualaron 0 a 0.

– Última victoria frente a San Lorenzo: El último triunfo de Huracán ante San Lorenzo fue por la fecha 12 del Torneo Apertura 2010. Aquella tarde, el equipo de Miguel Ángel Brindisi, se impuso 3 a 0 con goles de Carlos Quintana, Facundo Quiroga y Diego Rodríguez.
LAS PERLITAS

– La mejor jugada: Se originó en los pies de Romero Gamarra quien asistió a Patricio Toranzo para que éste saque un zapatazo que venció a Torrico y abrió el marcador a favor del Globo.

– La peor Jugada: Nació en una distracción de toda la defensa de Huracán. Matos bajo una pelota sin peligro para que Romagnoli se la lleve y entre en total libertad al área Quemera y decretar el empate parcial.

– La figura Quemera: Patricio Toranzo.

– La desilusión Quemera: Guillermo Sotelo.

Quemero, Lic. en Comunicación, Periodista y Locutor. Futbolero y fierrero. El asado se hace despacio, el fútbol se juega por abajo y la coca es para el fernét.

Más en Lo bueno, lo malo y lo feo

Sitio protegido por Google reCAPTCHA. Ver políticas de privacidad y términos de servicio.

Soporte Web Efemosse