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Huracán, sin Toranzo ni Blabi, viajó a la complicada altura boliviana para enfrentar, por Copa Libertadores, a Universitario de Sucre y así completar la primera fase de su grupo. El conjunto Quemero rescató un punto ante un duro y errático rival que lo complicó bastante pero que no pudo torcer la buena noche de Matías Giordano.

LO BUENO

– No se quedó con las manos vacías: En la antesala del partido, el panorama no era muy alentador debido a la escaza experiencia del plantel para jugar partidos en la altura. Si bien el equipo de Apuzzo había dejado una imagen positiva en su anterior encuentro por el certamen continental, el escenario podía llegar a influenciar mucho en el rendimiento colectivo e individual. Durante el partido, Huracán se vio superado ante la ofensiva del conjunto boliviano que puse en jaque en varias ocasiones a la defensa Quemera, pero sin embargo se las ingenió para aguantar la embestida local. El punto sirve para continuar sumando, pero hay que hacerlo valer en los partidos que se jugarán en el Ducó.

– Es un equipo seguro: Si bien la actuación ante Universitario de Sucre no fue del todo buena, Huracán se ha convertido en un equipo duro y difícil. Un equipo que no enamora pero tampoco decepciona. Las pruebas están en los resultados. A pesar de que no agrada del todo, sigue sumando y, por ahora, eso es lo que importa.

– Valla invicta: Ni el más optimista hubiese vaticinado la valla invicta del Globo en estos dos cotejos, y más con el agregado de la lesión de Marcos Díaz. La realidad es que los méritos defensivos –sobre todo en el partido ante Cruzeiro–, la seguridad de Giordano en Bolivia y un poco de fortuna, dejaron al Globo con su arco en cero. Un factor importantísimo en la tabla y para la seguridad anímica del equipo.

– Sigue invicto: Si la valla invicta sorprende, la ausencia de derrotas es más auspiciosa todavía. Es que el conjunto dirigido por Néstor Apuzzo no conoce la derrota en los cinco partidos que disputó hasta el momento por la Copa Bridgestone Libertadores. Un dato alentador para un equipo que no jugaba el torneo desde hace poco más de cuatro décadas.

– Matías Giordano: Seguramente se trató de una noche inolvidable para el ex arquero de Brown de Adrogué, quien se calzó el traje de héroe y tapó las fallas de un defensa llamativamente endeble y desordenada. Si bien es cierto que al dueño de casa le faltó puntería, también es cierto que se las ingenió para incomodar a un Giordano que, por primera vez, hizo que Huracán no extrañe tanto a Marcos Díaz.

– El doble cinco: Sin dudas uno de los puntos más altos en el primer tiempo fue la dupla de volantes centrales compuesta por Vismara y Villarruel. El sacrificio y la inteligencia de ambos volantes para recuperar y tratar de jugar fue uno de los motivos por los cuales Universitarios no logró torcer al equipo de Apuzzo.

– Alejandro Romero Gamarra: Uno de las pocas actuaciones que apenas se pude destacar, es la del juvenil Quemero. El kaku arrancó encendido y muy movedizo pero se fue apagando hasta quedar opacado del todo. Manejó bien las pelotas paradas en el primer tiempo y fue el que intentó ser la manija de una línea ofensiva desorbitante. Tuvo una ejecución cinco estrellas en una pelota parada que Mancinelli conectó con un frentazo para hacer estallar la pelota contra poste del arco que defendió Juan Carlos Robles.
LO MALO

– Se tiró a menos: Huracán arribó a Sucre con una doble precaución. Por un lado, la cautela lógica que la altura obliga a tener a los equipos que no están acostumbrados a ella. Por el otro lado, en frente estaba el líder del grupo. Desde el pitido inicial, el Globo estuvo cauto y expectante a los movimientos de su rival, el cual con el correr de los minutos comenzó a desnudar falencias de juego e imprecisiones en el ataque. Lejos de aprovechar ése déficit, el equipo de Apuzzo respetó por demás a su contrincante, incluso en los momentos que todavía tenía resto físico, y no hizo más que conformarse con el empate. Resultado que, de haber arriesgado un poco, podía haber sido favorable a Huracán. Es fácil hablar con “el diario del miércoles” pero la sensación que dejó el partido, fue que rival entregó demasiadas ventajas defensivas en su afán por atacar.

– Jugó con fuego: El Globo jugó con fuego y también jugó con todos los corazones Quemeros. Es que por momentos, Huracán tentó a su suerte, exponiéndose a peligros innecesarios al descuidar las salidas y dejar jugar a Universitario en su campo. Cierto es que el conjunto Quemero fue “de punto”; el exceso de confianza en la mala fortuna ajena, no era motivo para entregarse ante los bolivianos.

– Escaza tenencia de pelota: No hace falta recurrir a las estadísticas para confirmar que Universitario manejó la pelota a gusto y piacere. Pero si de reforzar los dichos se trata, basta con decir que Huracán apenas alcanzó un 35% de tenencia del balón. Mucho dirán que el dato es irrelevante, que se debe informar qué hizo con la pelota el equipo que la dominó todo el partido. El motivo de esa supremacía en la posesión fue que Huracán no cuidaba las salidas y tuvo muchos problemas para unir sus líneas. Déficit que fue aprovechado por el equipo de Julio Baldivieso para recuperar rápidamente el esférico y manejarlo por todo lo ancho y largo del terreno.

– La defensa: Uno de los puntos altos que el Globo lució en Brasil, fue su línea defensiva. Ante el equipo estudiantil, los de Parque Patricios tuvieron serios problemas para cerrar los huecos laterales y para cortar tanto las pelotas divididas como los centros al área. La buena actuación de Giordano fue la rueda de auxilio de una defensa vacilante y endeble.

– Ramón Ábila: Wanchope es la única referencia ofensiva con la que Huracán cuenta a la hora de lastimar a sus rivales, y si él no está fino, el Globo tampoco. Frente a Universitarios, Ábila tuvo dos chances inmejorables para abrir el marcador pero la falta de convicción y el desgaste que le produce jugar en soledad, hicieron que malogre dichas oportunidades. Con el correr de los minutos, comenzó a fastidiarse y se hizo amonestar innecesariamente por tirar lejos la pelota tras la sanción de un off side.
LO FEO

– Falta de ambición: Está muy claro que Huracán no es un equipo que brilla por su juego vistoso, sino que su fuerte es la solvencia defensiva, el orden táctico y la inteligencia para lastimar en el momento preciso. En esta oportunidad Huracán no sacó a lucir ninguna de ésas cualidades y por momentos dejó la sensación que tampoco tenía intención de hacerlo. El Globo tuvo poca ambición y se conformó con un empate que podría haber sido un poco más. A favor tiene el factor de la altura y la seguidilla de encuentros y viajes largos que el plantel viene haciendo. Paciencia. Está el dulce de que Globo es protagonista a nivel continental, pero también tiene la obligación de validar su grandeza partido tras partido.
LOS NÚMEROS

– Historial ante Universitario de Sucre: Fue la primera vez en la historia en que ambos equipos se vieron las caras.

– Equipos argentinos en Bolivia: La última victoria de un equipo argentino en Bolivia por Copa Libertadores fue en 2010, Lanús (4) – Blooming (1). Asimismo, el último empate de un equipo argentino en el mismo escenario y certamen fue también en 2010 y por el mismo resultado, Estudiantes (0) – Bolívar (0).

– El Globo y Bolivia: Primera presentación oficial del equipo de Parque Patricios en el vecino país Boliviano.

– Sigue invicto jugando como visitante: Dato fuerte para el equipo: Huracán jamás perdió en condición de visitante jugando la Copa Libertadores. El Globo disputó seis partidos en dicha condición y hasta el momento ganó 3 y empató los 3 restantes.
LAS PERLITAS

– La mejor jugada: Se originó en una pelota parada ejecutada a la perfección por Romero Gamarra. El Kaku envió un centro al punto penal para que Mancinelli conecte con un frentazo y la pelota estalle de lleno contra el poste izquierdo de Robles.

– La peor Jugada: Nació en un ataque por el sector derecho de Huracán. Camacho envió un centro pasado para que Richard Mercado cabecee al palo más lejano de Giordano, quien voló con rapidez para ahogarle el grito al delantero ecuatoriano.

– La figura Quemera: Matías Giordano.

– La desilusión Quemera: Ramón Ábila.

Quemero, Lic. en Comunicación, Periodista y Locutor. Futbolero y fierrero. El asado se hace despacio, el fútbol se juega por abajo y la coca es para el fernét.

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