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Si hay que encontrar algo en común de todos los equipos del Globo en los últimos dos años, es esa increíble capacidad para derrumbarse anímicamente después de que le meten el primer gol. Ese maldito “efecto Huracán”, que le asegura la derrota, más allá de cómo había jugado previo al 0-1


Contra Instituto pasó exactamente eso. Hasta el minuto 28 se vio a un Globo más protagonista, ganando con aplomo las pelotas divididas y haciendo pesar la experiencia de varios de sus jugadores. Pero fue, justamente, uno de los más grandes el que cometió la más infantil de las jugadas. Mano, penal, 0-1 y chau partido.

A partir de ahí se vio un Huracán patético, incapaz de elaborar una jugada seria. Encima Calviño fue la figura. Pero ojo con eso, porque hizo exactamente lo que hacía Monzón el torneo pasado: se atajó todo después de mandarse un error, cuando el encuentro ya estaba casi liquidado. Igualmente, es positivo saber que debajo de los tres palos responde muy bien. Habrá que afinar las salidas.

En la semana le preguntamos en SoyQuemero Radio a Juan Amador Sánchez si le preocupaba la inexperiencia de Villán y Llesona. Contestó que no. Pero después del flojo partido de ambos, debe estar maquinando en su cabeza algún cambio. Y no vale la excusa de que son chicos, porque los tres delanteros de Instituto también lo eran, y aún así los pasearon. Cuando se recupere de su lesión, Desvaux merece la chance de ser titular. Su experiencia y oficio van a sumar mucho en una defensa que dejó demasiados huecos.

Ojo, no es que la culpa recae en la zaga central. Todo el equipo hizo agua y se mereció esta dura derrota. Tampoco vamos a caer en la que cayeron algunos medios, con títulos como “Globo hundido” y cosas así; quedan 37 fechas y es un camino largo. Pero sí es un importante llamado de atención de que <b>el Nacional B sigue siendo tan duro como hace cuatro años</b>.

Aspectos a trabajar para el técnico: en primer lugar la pelota parada. No puede ser que los rivales hayan cabeceado todas. Erpen no puede entrar tan libre en el área, más allá del error de Calviño. Y en segundo lugar, la cabeza. El derrumbe anímico fue demasiado notorio para un Huracán que había jugado bastante bien los primeros minutos. Tiene que desaparecer ese temido efecto Huracán.

El sábado se viene Gimnasia de Jujuy, otro rival duro (como casi todos), pero en el Ducó. Linda posibilidad, más allá del insólito horario, para sacarnos de encima esta derrota y empezar a despegar.

Columnista en SoyQuemero. Integrante de la mesa de SoyQuemero Radio, los domingos a las 20 en Radio Late FM 93.1

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