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Superliga 2017/18 – Fecha 27; Huracán 3 vs. Boca Jrs 3 – En un partido electrizante y muy difícil de analizar desde lo táctico por la cantidad de errores que se cometieron, Huracán empató con Boca por 3 a 3. El equipo de Gustavo Alfaro tuvo por momentos su peor imagen del campeonato, pero volvió a demostrar que renace de las cenizas a fuerza de ganas e ímpetu.


Para enfrentar a Boca Juniors, el globo presentó un solo cambio teniendo en cuenta el 11 inicial que salió en Córdoba para medirse contra Talleres: el ingreso de Daniel Montenegro en lugar del suspendido Mauro Bogado. Por segundo partido consecutivo, el esquema que eligió Alfaro fue un 4-4-1-1 con una sola referencia de ataque y enganche. La línea de fondo formó con Saúl Salcedo y Martín Nervo como centrales y Pablo Álvarez junto a Carlos Araujo por los laterales. El poblado mediocampo estuvo integrado por Adrian Calello e Israel Damonte como dupla de volantes centrales, Ignacio Pussetto por el carril derecho, Nicolás Silva por el izquierdo y Daniel “Rolfi” Montenegro como enganche en su último partido como jugador profesional. En el ataque quedó en solitario Diego Mendoza.

Las cosas parecían venir con viento en popa para Huracán con ese gran gol tempranero de “Nacho” Pussetto. Como suele hacer cuando juega de local, el conjunto quemero salió a comerse a Boca desde el arranque y lo consiguió. Pero, como también suele hacer durante la mayoría de los partidos, una vez conseguida la ventaja se tiró atrás y dejó a su rival con la tenencia del balón. Esto no generó nada positivo en lo que fue el porvenir del partido, ya que el equipo rival contó con Fernando Gago entre sus titulares, y este fue el eje del juego de Boca junto al colombiano Edwin Cardona. En una ráfaga de once minutos, los xeneizes castigaron con tres goles, dos de ellos desde pelota parada, una de las grandes falencias que tendrá que trabajar el cuerpo técnico a futuro.

El clima no era para nada adverso, y mucho menos teniendo en cuenta que Huracán necesitaba ganar para clasificar directamente a la Copa Libertadores del año que viene. Por eso en el segundo tiempo la actitud del globo fue otra. Salió a presionar desde el minuto cero a su rival. Con un gran trabajo desde los carriles complicó con la velocidad de Pussetto y Silva, que fueron la pesadilla de la jornada para Emanuel Más y Julio Buffarini. A los 10 minutos del complemento, Alfaro movió piezas e indicó el ingreso de Andrés Chávez en lugar de “Rolfi” Montenegro. De esta manera la formación quedó con dos puntas y el esquema pasó a ser un 4-4-2. El equipo quedó partido, pero totalmente decidido a sacar algo del encuentro.

A los 18 minutos, Mendoza se sacó la mufa y descontó para el globo, y aquí fue cuando surgió un quiebre en el encuentro: Alfaro volcó a sus jugadores completamente en ataque. Hubo un gran esfuerzo por parte de Calello e Israel Damonte para bancar esta decisión, pues ambos tenían la responsabilidad de bancar la parada durante los retrocesos. Cada vez que la pelota se perdía en ataque, Boca contaba en su haber con una contra que, por la forma que estaba volcado el equipo en ofensiva, tenía un claro peligro de gol para Huracán. Por eso fue también fundamental la ayuda desde lo físico tanto de Pussetto como Silva, dos de las grandes figuras y baluartes de la mañana en el Ducó.

Tras el empate de Chávez con un certero cabezazo, el partido tomó forma de encuentro de torneo amateur: no había orden en ninguno de los dos conjuntos, solo la intención y la vergüenza deportiva por ir por instinto hacia delante en busca de un nuevo gol. El esfuerzo físico que hizo el equipo entero de Huracán fue realmente admirable, y mucho más teniendo en cuenta el pésimo estado del campo de juego. Alfaro tomó nota de esto y ordenó el ingreso de Christian Chimino y Fernando Coniglio en lugar de Mendoza y Nervo, con la única intención de tener jugadores con más energía. Con estas modificaciones, hubo dos cambios posicionales, ya que “Pipi” Araujo pasó a ocupar el lateral izquierdo, Pablo Álvarez se ubicó como central y Chimino se paró como lateral derecho.

El pitido final del árbitro vino de la mano de aplausos de todo el estadio para este plantel y cuerpo técnico. Después de varios torneos consecutivos peleando el descenso, en la presente Superliga el Huracán de Alfaro dejó rápidamente de lado esa lucha para meterse de lleno en la del ingreso a las Copas Internacionales. Esperemos que esta vez el Globo pueda realizar de una buena vez el cambio de paradigma y que la cosa sea pelear siempre arriba. Descenso nunca más.

Periodista Deportivo. Profesor de Educación Física

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