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Torneo Binance 2022 – Fecha 5 | Colón 0 vs. Huracán 1 | El seguimiento de cada jugador del Globo.


Lucas Chaves: Como en casi todos los partidos jugados hasta ahora, Chaves no ha sido “peloteado” ni ha estado desbordado de trabajo. Se vistió de héroe al atajarle un penal correctamente sancionado a Farías (quien no debía estar en la cancha; ya volveremos sobre esto), quién recibiera la falta de Hezze. Atajada que valió puntos, comienzan a perfilar el romance del arquero con el club.

Guillermo Soto: En lo que va del torneo, Soto ha venido de más a menos. Como dije hace unos días y recordando a mi abuelo cuando éste se iba a jugar al dominó al boliche: Soto va mucho mejor de lo que vuelve. Ofensivamente, es un arma, un pistón que golpea casi todo el partido con la misma intensidad y potencia. Defensivamente, por momentos deja muchas dudas. En la jugada que derivó el penal a Farías, Soto regaló llamativamente la línea de fondo con dos metros de espacio, lo que permitieron al jugador de Colón ganar el área con facilidad. Por otra parte, hacemos aquí una digresión acerca del uso del VAR en el fútbol argentino, y desde el punto de vista de como éste ha afectado a Huracán. Minutos antes de este penal, el mismo Farías había aplicado un codazo en la cara al propio Soto, jugada que obviamente -como era de esperarse con Pablo Echavarría-, el árbitro “no vio”. Curiosamente, el VAR, que está para precisamente corregir estas cosas, tampoco lo consideró, del mismo que tampoco consideró pasible de ser revisado el planchazo de Sánchez Miño a Pérez o los codazos del molinete Chancalay en la primera fecha. ¿Para qué está el VAR, entonces? ¿Es una tecnología inútil? La respuesta es no, no lo es. Es una excelente herramienta… ¿Pero para quién? Las pistas hay que seguirlas mirando los partidos de River contra Lanús y de San Lorenzo contra Tigre. En ambos casos, cuestiones que por la dinámica del juego “escaparon” a los árbitros de turno, fueron “subsanadas” por el VAR que, ahora sí, estuvo más que dispuesto para indicarle al árbitro del golpe lanzado por el defensor de Lanús al jugador de River (y que, si me apuran, fue menos evidente que el de Farías, con el agravante de que el jugador de River estaba intentando agarrae al chico de Lanús) y que teminó con la expulsión del “agresor”. Caso San Lorenzo: un penal completamente fingido por Bareiro (de manera tan patética como torpe, además), de esos que dan vergüenza ajena (a menos que seas cuervo y entonces nada de da vergüenza), fue “revisado” por el VAR, quién observó un catastrófico roce de auras, suficiente como para convalidar la falta sin ponerse colorados. En síntesis: hasta ahora nos parece que el VAR ha venido a garantizar la incidencia de los arbitrajes en los partidos (cuando conviene), ya que VAR mediante, se podrá resolver -si has invertido algo para, digamos, predisponer puntos de vista- las “injusticias” que pudieran producirse en el normal transcurso del juego y que los árbitros pueden ocasionalmente no ver. Como, por ejemplo, cuando te hacen un gol, encontrar que el arquero que inició la jugada sacó el dedo meñique afuera del área al momento de sacar y entonces dios nos libre y nos guarde de convalidar este gol, que suerte que tenemos el VAR para “hacer lo correcto” y no convalidar ese gol. Ahora si de pronto sos, no sé, Huracán, y un jugador tuyo se come un codazo no apreciado en el campo de juego (o tres, como llevamos hasta ahora contando lo dos de Racing y el del partido con Colón), pues nada, al VAR le alcanza cono estar mirando para otro lado y ya.

Jonathan Galván: El marplatense alterna buenas con otras que, por momentos, hacen que nos comamos las uñas con preocupación. ¿Cometió errores importantes? No, pero ha perdido la sensación de seguridad que por tramos ofreció el torneo pasado, así como protagonismo en el juego. Por otro lado, el hecho de que Huracán no haya sufrido muchos goles y que prácticamente no se haya visto en situación de defenderse debajo del arco en los 5 partidos hasta ahora jugados, evidencia que defensivamente y en conjunto, el equipo está haciendo bien las cosas. A los resultados nos remitimos. Respecto de su menor participación en las salidas del Globo del fondo, esto no ha sido necesariamente malo. En el torneo anterior, el pelotazo frontal y cruzado de Galván como casi única manera de resolver la presión rival cuando no se podía salir, se había vuelto una fija. Hoy se usa ocasionalmente.

Lucas Merolla: Líder indiscutido de la defensa, ha tenido algunos desacoples con Wálter Pérez por su lado. Nos ha parecido asimismo que, en los “mano a mano” y con cancha larga, le está faltando velocidad final. Esto lo ha llevado a cometer algún que otro equívoco que, afortunadamente, él mismo ha resuelto siempre con solvencia dejando la cosa en un simple susto y no más que eso.

Walter Pérez 👎: Casi todo lo que produjo Colón (a excepción de la jugada de Farías que terminó en penal), lo produjo por el lado de Pérez. Colón descubrió que el lado débil de la defensa del Globo era el costado izquierdo, y por ahí machacó con Pierotti, quien resultó ser un problema insoluble para el chico formado en la Quemita. Tampoco desde afuera lo ayudaron con los cambios ni desde lo táctico, por lo que a los problemas del propio Pérez hay que sumarle que no se le aportaron apoyos para resolverlo. Pensando a futuro, y especialmente en el partido que se le viene al Globo contra River, ¿sería factible en pensar el ingreso de Gauto para que, por izquierda, sume su habitual contribución en el apoyo defensivo para no dejar tan solo a Pérez? Soluciones a corto plazo no se avizoran muchas, y solo queda esperar que entre el Cuerpo Técnico y el propio jugador logren encontrar su mejor forma, o Huracán sufrirá mucho por ese lado en todo lo que queda de torneo.

Santiago Hezze: Un primer tiempo descollante acorde a los rendimientos que ha venido brindando, un segundo tiempo del “viejo Hezze” de esos que nos hacen agarrarnos la cabeza, como cuando cometió un penal evitable yendo enloquecidamente al piso contra Farías (a un jugador que estaba contra la raya de fondo y no tenía más opciones que el centro atrás… ¿riesgosa jugada, sí, pero tampoco era para intentar un quite como el que intentó Hezze). Amonestado, estuvo al borde de la segunda amarilla en 3 o 4 jugadas (penal incluido), hasta que Dabove pareció ver lo que a todos nos parecía evidente desde el mencionada penal, y lo reemplazó antes de que nos quedáramos con un jugador menos en cancha.

Federico Fattori 👍: Muy buen primer tiempo, excelente segundo tiempo, descomunales últimos 20 minutos de partido. Fattori estuvo durante los primeros 70 minutos de partido a la altura de su regularidad habitual, su prolijidad táctica y su juego simple y eficaz al que nos está acostumbrando. Y luego vino el último tramo del partido, ese en el que la caída en rendimiento que Huracán evidencia en los segundos tiempos, parece entrar en un tobogán. Con el agravante de estar en ventaja y de visitante se potencia el asedio del rival, tal y como el equipo de Dabove viene demostrando, el equipo en el segundo tiempo no logró mantenerse en ritmo físico y se vio desbordado. Sin embargo, Huracán no sufrió realmente llegadas claras frente a Cháves y solo fue inquietado por algunas segundas jugadas o tiros desde afuera del área. En gran parte, el mérito de esto recayó en el inmenso laburo del calvo volante central, que en el último tercio de la contienda estuvo en todos lados, cortando siempre, jugando a un pase y al compañero libre, doblando marcas al compañero que quedaba expuesto. Partido espectacular de Fattori en el que, para nosotros, fue el mejor del equipo.

Franco Cristaldo: La nueva posición de Franco le está permitiendo jugar más suelto, y elegir él por qué lugares de la cancha moverse. Así, en algún partido anterior lo hemos visto llegar seguidamente por la derecha o por el centro, y este juego contra Colón, lo vimos aprovechando el costado izquierdo (al no jugar Huracán con un extremo fijo por ese lado, el equipo santafesino lógicamente “desatendía” por momentos la zona), lo cual quedó evidenciado en el desborde seguido de pase gol a Garré. De caída física notable en el segundo tiempo como todo el equipo, es la suya la que más reciente el funcionamiento del equipo porque cuando Cristaldo no juega, el Globo se convierte en un equipo largo, partido, dependiente de pelotazos y que se dedica a rogar que pasen los minutos para que termine el encuentro.

Benjamín Garré: Debut goleador de Garré con tremenda definición, llegando en diagonal hacia adentro perfilado como a él más le gusta. De primer tiempo más que interesante, despareció por completo luego de los primeros diez minutos del complemento. No estando en ritmo como para jugar los 95 minutos que dura un encuentro, se impone su reemplazo a los dos tercios del juego porque cuando se le acaba la batería, pasa de ser un jugar intermitente con momentos de furiosa brillantez a un jugador completamente inexistente. Sin embargo, su capacidad para desnivelar lo vuelve un imprescindible para romper defensas, y hay que aprovechar esos momentos en los que produce.

Matías Cóccaro: Al uruguayo se le ha cerrado el arco, y eso pesa. Sigue, no obstante, siendo la amenaza constante que suele ser con su movilidad y repentización para crearse espacios y jugadas de la nada. Entendemos su ansiedad y la lógica ambición de delantero obsesionado con el gol, pero deberá desacelerarse un poco para optimizar sus oportunidades, que las tendrá. Ayer jugó acompañado por Candia, y con Garré tendiendo a cerrarse, no recibió prácticamente asistencias desde los costados, algo que él suele aprovechar muy bien no desde su talla, sino desde su talento para posicionarse y/o anticiparse. Está por verse si esa forma de juego de Huracán terminará por beneficiar o perjudicar al uruguayo en su evolución.

Jhonatan Candia: La salida de Cabral del equipo era casi cantada. Lo que no era tan claro, era su reemplazo. En una movida pragmática, DD optó por no inventarse un extremo por izquierda (no tiene uno natural) al mejor estilo FDK, sino que acomodó el esquema para meter a Candia a jugar de segunda punta en una posición más parecida a la que desempeñaba en Arsenal, y que es la razón por la cual Huracán lo trajo. El plan no funcionó del todo bien, pero tampoco fue un fracaso. Por un lado, DD cumplió con lo que tantas veces le reclamamos al cuero técnico anterior: basta de poner a Candia a jugar en un lugar en el naturalmente, no ha jugado ni juega. Por el otro, exhibió algunos movimientos interesantes peleando segundas pelotas en tres cuartos de campo contrario y además, llegó vacío por detrás de Cóccaro un par de veces, una de ellas que terminó en un cabezazo que resultó no muy potente ni bien colocado y fue fácilmente conjurado por el arquero local, más en lo conceptual, fue una linda jugada como para repetir en el futuro. No agotaría la participación de Candia a este único encuentro, y se pudiera, apostaría por que tuviera algunos partidos más. Merece la oportunidad y además, es bien conocido su entendimiento con Cóccaro, algo de lo que el globo bien podría sacar provecho.

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Gabriel Gudiño: Ingresó por Candia a poco de comenzada la segunda parte, y lo mismo que en otros partidos, se dio una dualidad: movimientos interesantes con llegada al fondo, en un equipo que ya no acompañaba, no presionaba, largo y con un mediocampo deteriorado en lo que a generación de juego se refiere. En este contexto, es poco lo que un recién ingresado puesto a “romper” en los últimos 30 metros, puede hacer. Con su ingreso, Garré se movió a la izquierda, pero a excepción de un eslalon en el que ya sin pierna perdió la pelota en la puerta del área (nota para observar: es TAN zurdo que, perfilado para la derecha luego de la diagonal de afuera hacia adentro, intentó volver a ponerse frente al arco como zurdo por no rematar de derecha ni habilitar a otro, y allí terminó perdiéndola).

Fabián Henríquez: Entró por Hezze cuando estaba cantada una segunda amarilla para el volante formado en el Globo y que nos quedáramos con diez. Cumplió correctamente con su trabajo y tuvo un par de intervenciones defensivas interesantes. Una observación pertinente es que al parecer, no cargar con la responsabilidad de ser EL volante central y aquel sobre el que recae la responsabilidad de ser el eje y equilibrio, lo ha tranquilizado y beneficiado. En este sentido, jugar junto a Fattori con responsabilidades más complementarias que directas, al igual que lo sucede con Santi Hezze, lo ha mejorado.

Diego Mercado: Ingresó sobre el final del partido por Garré (quien hacía un buen rato que ya no estaba en el partido), sin tiempo para evaluar su participación.

Rodrigo Cabral: Ingresó por Cristaldo sobre el final del partido, sin tiempo de juego como para evaluar su participación.

Nicolás Cordero: Entró por Matías Cóccaro sobre el final del partido, sin tiempo de juego como para evaluar su participación.

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