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Superliga 2019/20; Fecha 18 – Huracán 1 vs. Gimnasia LP 1 – Huracán volvió a ser mejor que su rival, otra vez mereció la victoria y nuevamente se quedó sin los tres puntos. El Globo empató con Gimnasia de La Plata en su regreso al Ducó, madrugó con un golazo de Rodrigo Gómez pero un par de errores fueron suficientes para que el rival emparde enseguida. Luego fue todo nuestro, incluyendo dos travesaños, pero la aguja no se movió y lo que debió ser 6/6 apenas resultó en 1.


Siempre se vuelve al primer amor y el Pueblo Quemero copó las tribunas para recibir a Huracán en su primer partido como local del 2020. Tras una gran actuación con decepcionante resultado en Rosario el Globo de Israel Damonte se medía ante Gimnasia de La Plata, otro de los equipos más flojos de la temporada y sumergido en la zona de descenso.

Pero lo más importante ocurrió tras el pitazo de Silvio Trucco, la tremenda energía que se generó en las tribunas bajó al campo de juego y en apenas dos minutos Huracán rompió la tensión del cero. Tras recuperar en ataque Martín Ojeda trepó con espacio por izquierda y ubicó a Rodrigo Gómez, que rompió por el centro limpiando a Coronel, acomodándose atrás de la medialuna y sacando un espectacular derechazo que a puro veneno explotó contra el hierro izquierdo de Jorge Broun. Golazo del Droopy, que cuando parecía que caía en su laberinto limpió con un shot maravilloso. Ganaba Huracán, pura alegría en el Palacio.

La rápida ventaja acomodó todo, el rival tenía la pelota aunque no encontraba el hueco para pisar en tres cuartos. Y, como en Rosario, fue Huracán quien regaló los espacios. Un inofensivo ataque por izquierda decantó en el largo anticipo de Romat, que lejos del arco ganó la posición pero entregó la redonda directo a un rival; este atacó el espacio encontrando la solitaria corrida de Iván Agudelo, que sin el central entró al área cómodo, bancó la marca de Bareiro y definió tibio ante un Silva flojísimo. 1-1 impensado.

Como en el amistoso con Universitario, el impreciso anticipo de Romat desacomodó todo el fondo. Lo de Antony Silva ya no sorprende, es un arquero en el que no se puede confiar. Tendrá mejores partidos, otros más flojos, pero lejos de ser infalible demuestra ser vulnerable al más tímido intento.

A partir de ese momento, minuto 10, hubo un solo equipo con intenciones ofensivas y fue Huracán. Sin ser arrollador el Globo tuvo el control del partido, intentó ser prolijo con el despliegue de los tres volantes con características ofensivas y se apoyó en la seguridad de Bogado en el círculo central. Bareiro estuvo siempre cerca de la marca y Cordero peleó mucho, con resultados dispares, pero siempre atento. Y las situaciones llegaron, algo forzadas, un cabezazo de Cordero a manos de Broun y el testazo que Merolla desvió. Pero ninguna fue tan clara como la última, Bettini tiró un centro pésimo pero el pique sobró al defensor y sirvió a Briasco; Norberto tuvo buena reacción para girar el cuello y la redonda terminó explotando contra el travesaño.

Ya en el complemento el equipo mantuvo la idea de mover la pelota esperando el momento de poner a correr a Briasco o intentar profundidad a la posición de Cordero. Y una espectacular jugada contra el córner derecho del propio Beto, que escapó entre tres rivales, terminó en el centro bajo que Martín Ojeda perdió mano a mano con Broun; el volante definió de primera ante un golero que reaccionó perfecto. Otra clara perdida por el ex Racing, que de todas formas llega y genera. Molesta perder situaciones tan claras, pero hay que bancar, no se puede tocar esta ofensiva, con lo mucho o poco que tengamos.

Con el correr de los minutos Gimnasia empezó a marcar el ritmo, embarró el mediocampo, cortó mucho con infracciones (Tuvo siete amonestados y Paradela debió ser expulsado), y superó físicamente a un Globo que no se quedó pero sí sintió el desgaste. Damonte intentó oxigenar con el debut oficial de Sebastián Ramírez por Ojeda, pero más allá de los buenos intentos el pibe no tuvo la frescura que mostró ante la U.

La más clara del segundo tiempo también fue del Globo, Gómez levantó el tiro desde la esquina izquierda y Nicolás Cordero conectó el cabezazo que volvió a reventar el travesaño de Broun. Segundo impacto en el larguero, otra que debió ser gol, así como en Rosario astilló el poste y pegó en Silva, en Patricios no hubo la misma fortuna.

Damonte mandó a Mendoza por Ibáñez moviendo la táctica y aportando algo de ofensiva por izquierda, aunque Javier tuvo buenos intentos terminó muy pendiente de sus espaldas. Arzura cerró la terna de modificaciones en lugar del desgastado Bogado, Coniglio no fue ni siquiera considerado (Tal vez si Bogado aguantaba entraba) y ya sin Chávez queda claro que todas las velas deberán ser encendidas en nombre de Nicolás Cordero, de inquebrantable espíritu pero corto recorrido.

Sin espacios y con pocas ideas terminó Huracán un partido que, haciendo poco o mucho, mereció ganar.  Mereció ganar por abrir el score y tener las mejores opciones, no lo ganó por las pocas variantes ofensivas y lo que parece ser una máxima insoporable: te llegan y te embocan, el contexto parece darle tolerancia cero al error Quemero.

El 2020 debió arrancar con seis puntos, pero apenas tenemos uno. El semestre anterior tuvimos lo que merecimos, por lo tanto vale pecar de optimista y creer que este Huracán de Damonte tiene la capacidad de florecer.

Todo muy lindo pero necesitamos puntos y ahora nos mediremos ante otros dos de los peores equipos de la Superliga: Godoy Cruz en Mendoza y Aldosivi en casa. Ojalá sigamos mereciendo, y ojalá de una buena vez obtengamos el resultado que tanto está buscando este equipo.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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