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Copa Argentina, 16avos de Final – Huracán 0 vs. Atlético Tucumán 2 – Huracán perdió por dos a cero ante Atlético Tucumán en Salta y quedó rápidamente eliminado de la Copa Argentina 2018. El Globo jugó mal, ofreció pocos momentos de lucidez y prácticamente no logró ningún remate limpio al arco rival. Los refuerzos se mostraron en cuentagotas y la baja de Chávez desnudó alarmas en ofensiva: Mendoza no está a la altura y Cordero necesita muchos más minutos para empezar a asentarse. Lo positivo es que tenemos todo por delante, y mucho tiempo para revertir estos dos malos encuentros.


El Estadio Padre Ernesto Martearena sirvió de escenario para el segundo compromiso de Huracán en la temporada, nuevamente por Copa Argentina y ante el Club Atlético Tucumán en el primer cruce entre equipos de Superliga en la actual edición. Gustavo Alfaro se la jugaba con sus refuerzos, Omar Alderete y Carlos Auzqui debutaban días después de firmar mientras que tanto Iván Rossi como Juan Garro volvían a aparecer.

En retrospectiva Huracán tuvo durante los primeros minutos sus mejores pasajes de toda la noche. El Globo intentó manejar la pelota por el piso buscando triangulaciones entre Bogado, Damonte y Rossi, quien se movía bastante buscando ser el primer pase limpio del equipo. La idea era clara, concentrar la pelota en el círculo central y desde allí poner a correr a algunos de los extremos, la maniobra se repitió pero solo dio frutos con un desprendimiento por izquierda de Juan Fernando Garro; el mendocino lanzó un gran centro de zurda que cruzó el área y encontró el incómodo cabezazo de Auzqui. ¿La mejor del Globo? La mejor del Globo.

Atlético empezó a apretar con más empuje que fútbol y arremetiendo encontró posibilidades: Marcos Díaz evitó el autogol de Araujo, Mauro Matos desvió por sobre el travesaño una mediavuelta y Leandro Díaz intentó desde lejos pero le erró por mucho. Sobre el cierre Marcos Díaz volvió a destacarse desviando a córner un complicado tiro libre de Guillermo Acosta.

Huracán no pudo confirmar ni profundizar su dominio con situaciones de gol, el Decano tuvo varios remates cerrando la primera mitad mejor posicionado. Nada cambió en el complemento, Alfaro propuso nombre por nombre en doce minutos colocando a Lucas Gamba por Carlos Auzqui. Gamba fue mucho a mitad de cancha buscando hacerse de la pelota, lo logró pocas veces y prosperó en todavía menos oportunidades. 

El Globo empezó a quedarse directamente sin ataque, la pelota apenas cruzaba mitad de cancha y moría en tres cuartos con los extremos perdiendo el hombre o hombre o Diego Mendoza chocando con cada rival desentendiéndose siempre de la pelota. El partido estaba en una meseta, Atlético no era peligroso pero cada tanto sacudía la modorra con algún remate largo o presionando en las dudosas salidas por debajo de Marcos Díaz.

Norberto Briasco reemplazó a Mauro Bogado en un cambio difícil de procesar, propiamente no por Bogado, que estaba lejos de su nivel, sí por intentar modificar la ofensiva quitando un mediocampista. Para colmo dos minutos después Atlético se encontraría con el gol, logrando un tiro desde la esquina favorecido por un balón que Mendoza regaló hacia atrás en plena mitad de cancha.

Ricardo Noir ejecutó el tiro desde la esquina izquierda, Marcos Díaz cortó manoteando pero impulsó la pelota a posición del solitario Guillermo Acosta. Este remató al centro del área chica y allí Bruno Bianchi desvió a gol. Había ocho jugadores de Huracán en el área grande, cinco del Decano, la intervención de Díaz desacomodó la última línea y ambos futbolistas rivales participaron casi en soledad.

Con poco, o menos de lo realizado en la primera mitad, ganaba Atlético Tucumán. Faltaban quince para los penales y los caminos parecían conducir allí, pero el Decano lastimó justo con un golpe del que Huracán previsiblemente no podría recuperarse. Y así fue, el desesperado debut de Nicolás Cordero en lugar de Diego Mendoza solo confirmó las dudas generadas por las variantes con las que cuenta el plantel en esa posición. Siempre es una buena noticia cuando llega a primera un pibe del club, pero claramente esta movida respondía fundamentalmente a la urgencia.

Huracán jamás estuvo cerca del empate en lo que quedó de partido, solo generó la atención de los hinchas una maniobra por izquierda de Lucas Gamba en combinación con Pablo Álvarez, el lateral lanzó el centro al hierro opuesto y allí Garro enganchó una volea que no llegó a los tres postes.

Pese a la no presencia ofensiva el Globo tomó riesgos adelantado los centrales, una falla de Salcedo dejó mano a mano a Leandro Díaz con Marcos, pero ganó el bueno. En el adicionado Alderete se mancó ante el propio Díaz que esta vez no falló de cara a Marcos, definió de derecha a gol y lo festejó con irresponsabilidad de cara a la tribuna Quemera.

El Ex Huracán fue funcional a la violencia del fútbol, no se trata de quitarse responsabilidades ni mucho menos acusar desde la moral, simplemente lamentar (también) cada vez que la mugre del fútbol surge desde adentro del alambrado. Afortunadamente el repudio de nuestro capitán Carlos Araujo dejó en claro que algunos protagonistas tienen la cabeza necesaria para entender que el cambio arranca también desde ellos.

Final y derrota. Dolorosa por ser apenas en los 16avos de Final de un torneo que supimos conseguir, pero mucho más por las formas, por estar realmente lejos de ser un equipo agresivo y protagonista. Frase hecha y pesada, no por eso menos real: Esto recién empieza y es siempre mejor que las falencias se detecten lo más temprano posible.

Ahora solo nos queda el torneo durante este semestre, que nos encontrará enfrentando a River y Boca en las primeras tres jornadas. A ponerse rápidamente el chip del semestre anterior y esperar por un Huracán más decidido, podemos tolerar resultados adversos pero no un rendimiento que le facilite todo al rival.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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