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Superliga 2017/18 – Fecha 19; Huracán 1 vs. San Lorenzo 1 – Huracán tenía el clásico en el bolsillo gracias al golazo de Andrés Chávez pero una situación aislada a tres minutos del final nos dejó con una parda que sabe a derrota. El Globo no hizo un buen partido pero sí lo suficiente para construir lo que era un triunfo justo, el entrenador volvió a elegir defender con varios ofensivos en cancha y el rival terminó empatando aprovechando nuestra cesión total del balón. No hay queda otra que mirar hacia adelante.


Emotivo marco en el Palacio Tomás Adolfo Ducó para recibir una nueva edición del clásico, mucho colorido y un telón en cada sector habilitado acompañaron la salida del Globo al campo de juego. Adrián Calello regresaba al primer equipo en lugar de Noir, Nicolás Silva era el enlace delante del “triple cinco” e Ignacio Pussetto acompañaba como delantero a Andrés Chávez. En defensa nuevamente Matheu y Pipi Araujo como marcador de punta izquierdo, sin embargo la gran novedad era la presentación de Manuel García en lugar de un Marcos Díaz que terminó siendo baja casi sobre la hora.

Huracán arrancó mejor el partido, intentando presionar en la salida rival y poniendo a sus delanteros bien cerca del arco visitante. Mosquito Silva estaba súper activo en tres cuartos pidiendo cada balón e intentando darle circulación constante, Chávez se movía con cierta incomodidad mientras que Nacho Pussetto aprovechaba cada centímetro para filtrarse. La primera clara de gol fue nuestra, un tiro libre de Mauro Bogado que Carlos Matheu cabeceó a posición de un Navarro que rebotó con sus manos.

Los del Bajo Flores tardaron muy poco en desplegar artimañas para dejar correr los segundos, atendieron a su arquero y también demoró cada lateral. En ataque ofrecía muy poco pero apenas apretando desnudó falencias en el fondo Quemero, imprecisiones en el retroceso generaron un par de córners en contra que pudieron ser más peligrosos.

El Globo fue perdiendo la manija con el correr de los minutos, y aunque no sufría sí veía pasar la pelota ante un rival que la manejaba mejor. El cuarto de hora final volvió a ser nuestro, un gran balón de Bogado dejó a Pussetto de cara a Navarro, quien ganó en el mano a mano. Cuando faltaban 120 segundos para el descanso llegaría el momento de inspiración colectiva que generó la gran explosión en Parque Patricios: Nicolás Silva recibió en posición de diez filtrando perfecto el balón para el exacto pique de Ignacio Pussetto; Nacho fue a fondo pero tuvo la visión de ubicar a Andrés Chávez en el punto penal, allí donde el Comandante no dudó en meter de primera el balón entre Navarro y su poste derecho. Golazo de Huracán, un oasis de fútbol en la tarde y primera diana del ex Banfield con nuestra camiseta.

El empellón del gol terminó enseguida con el entretiempo. Ya en el complemento la cosa cambió, aunque con el mismo libreto de siempre, Huracán se guardó en campo propio dedicándose exclusivamente a defender su ventaja y apostándole a la explosión de sus delanteros, uno de los cuales ya estaba disminuido físicamente aunque sostenía su lugar con el reciente gol.

Los de Almagro tomaron la responsabilidad pero realmente les costaba horrores generar peligro, el Globo copó el círculo central sin la pelota y cortó muchísimos avances apoyándose en la fiereza de sus volantes defensivos. A los trece Nicolás Silva dejó lesionado el campo de juego y Gustavo Alfaro dispuso el ingreso de Daniel Montenegro; el Rolfi, que rara vez juega más de quince minutos, entraba para disputar más de media hora en un partido planteado desde lo físico.

Su inicio fue auspicioso con el derechazo desviado, sin embargo no terminó de encajar en un escenario de mucha fricción y poco juego. Además Huracán dejó lejísimos al visiblemente extenuado Chávez, y con Pussetto corriendo a los volantes rivales fue Montenegro el encargado de las transiciones en velocidad. O no se pensó, o se imaginó otra cosa. Ni hablar cuando Ricardo Noir reemplazó a Bogado, también tocado, blanqueando al intensión de defender con jugadores de ataque.

El Globo no cruzaba mitad de cancha pero tenía cuatro jugadores de características ofensivas, los mismos que un rival obligado a buscar el gol. Sí uno elige proponer el golpe a golpe los cambios eran para aplaudir, pero no, quisimos defender sin defensores y no es la primera vez que ocurre.

Manuel García sostuvo sin complicaciones las poquísimas pelotas que la visita tiró a los tres palos, el Globo equivocaba la decisiones ofensivas malgastando no menos de tres contragolpes en los que no priorizó cuidar la pelota bien lejos del arco propio. A diez del final Fernando Coniglio reemplazó a Chávez en lo que quizás debió ser el primer cambio de la tarde, siete minutos después el rival encontraría el gol con un centro desde la banda izquierda que Nicolás Reinero cabeceó con mucha potencia mano a mano con García.

Hay responsabilidad en el retroceso (¡Era un delantero el que tenía que retroceder!), Chimino y Matheu hicieron poco para evitar el centro y a Pipi Araujo se lo comieron crudo en el salto. García es el menos responsable, aunque nadie nos quitará la sensación de poder haber realizado algo más. Una curiosidad: Araujo, el defensor más bajo de nuestra última línea, fue quien terminó marcando al jugador de campo más alto del rival.

Los siete minutos que restaron (cuatro de ellos adicionados) casi no se jugaron entre la expulsión de Piris da Motta (obligación de un Fernando Echenique, a quien le quedó grande el partido, que mostró roja por haber cortado el claro contragolpe de Pussetto) y demás pérdidas de tiempo propuestas por el rival que no fueron contempladas. Huracán tuvo su bala de plata con la bocha que Fernando Congilio encontró sobre la línea de fondo, eligió no tirar al arco pegado a Navarro y su centro atrás no tuvo destino.

Fue final y empate con gusto a derrota. El triunfo era nuestro, debió serlo, pero la pasividad del complemento nos terminó costando más de lo merecido. Podemos quejarnos y criticar distintas cosas, sin embargo nos igualan en uno de los únicos tiros claros que el rival generó en toda la tarde cuando solo restaban tres minutos. El principal reclamo es pedir que las decisiones tácticas se respalden con los jugadores adecuados, basta de defender con delanteros, hagámonos cargo de lo que queremos con quien mejor cumpla esa función.

Con la unidad Huracán llegó a los treinta puntos e igualó su mejor temporada desde el regreso a Primera, cuando todavía restan disputarse veinticuatro. Hay que decirlo todo, pero nadie nos quita este mal sabor de boca. Ahora vamos a por Temperley, no queda otra.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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