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Torneo de Primera División 2016/2017, 29na fecha – Lanús 2 vs. Huracán 0 – El seguimiento de cada jugador del Globo.


Marcos Díaz: Luego de ser figura con Unión, incidió directamente en un resultado negativo para Huracán. Marcos ha dado muestras de cambios rotundos en su nivel, sin embargo en un momento tan difícil se lo espera mucho más concentrado. Pudo haber evitado su aparatosa salida en la previa al penal de Lanús, ejecución que ni por asomo estuvo cerca de sacar. Fue insólita su repuesta en el segundo, dando por sentado un balón en el momento donde no estamos en condiciones de regalar nada. Dolorosa actuación de Díaz.

Nicolás Romat: Desastroso partido de Romat, una sombra de lo producido por Araujo en las últimas presentaciones. Erró muchísimos pases, tiró pelotazos al vacío, jamás tuvo peso ofensivo y fue muy tierno en la marca. ¿Será titular ante Belgrano? No lo merece.

Martín Nervo: Mientras el partido fue parejo respondió bien, cuando Lanús cambio el ritmo perdió referencias y vio pasar la pelota sin poder participar. Sufrió las penetraciones ofensivas del rival y alternó buenas y malas con los mano a mano. Hay algunas características que se le suelen atribuir a los capitanes, tales como garra, empuje o hablar constantemente con compañeros y jueces. Nervo no tuvo ninguna.

Federico Mancinelli: Nuevamente impreciso con la pelota, Mancinelli pesa positivamente en el equipo con el solo hecho de estar. Tuvo complicaciones con la marca pero mostró recursos para lograr sobreponerse. Jugó los últimos minutos en posición de nueve y casi mete un gol de cabeza, demostrando más virtudes ofensivas que varios de los delanteros que desfilaron durante esta temporada.

Lucas Villalba: Mal partido de Villalba, sorprendentemente impreciso con la pelota y demasiado desligado de la ofensiva del equipo. No sacó provecho de su buena pegada ni tampoco de su buen ritmo de marca, jamás encontró sociedad con Pussetto y tuvo complicaciones a sus espaldas.

Matías Fritzler: Nuevamente le bastó poco para emerger como el jugador más importante de Huracán, basta verlo correr o poner caras para entender que no se conforma con esta mediocridad. Sea verdad o no que deja todo por los colores, lo concreto es que el Polaco lo demuestra con un empuje notablemente superior al resto. Además generó una de las posibilidades más importantes que tuvo el Globo, una chilena que pudo ser el empate.

Lucio Compagnucci: Regresó al primer equipo para realizar un buen primer tiempo, siendo casi quien más distribuyó la pelota y con buen ritmo de marca. En el complemento una temprana amonestación le restó intensidad, jugó muy estático en campo propio y no logró desplegar su juego. Se pierde el partido frente a Belgrano.

Mariano González: Poco y nada de Mariano, muy solo en el mediocampo y lejísimos del arco rival. Dos o tres toques de distinción que no alcanzaron para volcar la balanza a su favor, definió pésimo una volea dentro del área local y luego armó una buena jugada que definió apenas encima del travesaño. Se retiró reemplazado y dejando la sensación que no tenía más que aportar.

Alejandro Romero Gamarra: Pobre partido del Kaku, muy estático por banda derecha y sin rebeldía para romper ese molde en dirección a la portería rival. No tuvo oportunidades de gol propias ni generó para sus compañeros. Luego de ser, con lo justo, figura destacada en las últimas presentaciones del equipo Romero Gamarra fue uno más en la apatía generalizada.

Ignacio Pussetto: Desalentadora actuación de Nacho, demasiado quieto en la banda izquierda y con un ritmo cansino casi desesperante. Lejos estuvo de su versión supersónica, no logró armar jugadas de riesgo y pisó muy poco el área. Jugó como no queriendo jugar, como deseando estar en otro lugar. Todos quisiéramos estar en otra situación.

Diego Mendoza: Poco de Diego, cuya potencia física no se notó en este partido. No logró estirar su momento positivo, lejos de eso regresó a parecer ese jugador que tiene dificultades hasta para dominar el balón. Intentó pivotear una pelota en el mediocampo y de casualidad no fue córner para el rival. Muy poco, demasiado poco.


Julio Angulo
: Regresó al equipo tras su lesión y logró un par de desbordes que pudieron terminar en algo mejor. Rompió poco por derecha, no cambió la ecuación más allá de su ritmo.

Norberto Briasco: Entró como cansado, sin empuje y entregando una imagen de resignación. No puede ser pibe, hay que dejar todo. Y si no se puede, hay que por lo menos intentarlo. Es lógico que si los consagrados no mueven un pelo, los chicos tampoco lo hagan.

Patricio Toranzo: Quizás ni siquiera en su mejor versión podía resolver un partido con tres o cuatro minutos en cancha. Hoy que está lejos de su máximo nivel, mucho menos. ¿Para qué lo pone el técnico esa cantidad de tiempo?

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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