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Liga Profesional 2022 – Fecha 19 | Huracán 1 vs. Barracas Central 1 | El seguimiento de cada jugador del Globo.


Lucas Chaves: Buen partido de Chaves, aunque nuestra impresión sigue siendo que al arquero del Globo no se lo está exigiendo. ¿El gol? Salió a tapar rápido cuando un volante de la visita entró al área con la pelota de frente luego de un grosero error de Quilez, pero no pudo evitar la caída del arco. Bien con los pies y en las salidas. Hasta ahora, no vemos -al menos nosotros- que hayamos perdido puntos por errores suyos, pero si Huracán quiere pelear el torneo hasta el final, va a necesitar que Chaves la rompa toda y sea figura excluyente en al menos un par de partidos. Es un arquero que, por lo visto hasta el momento y haciendo una suerte de “promedio” de sus actuaciones, siempre cumple y rara vez hace estupideces, pero no tiene tampoco tardes milagrosas. Bueno, esto, puestos a pedir y necesitados de que el equipo rinda más de una vez por encima de sus posibilidades, nos va a hacer falta que siga sin hacer macanas, pero que, además, tenga un par de jornadas de esas que uno dice “no, imposible hacerle hoy un gol a este tipo”.

Ismael Quilez 👎: Arrancamos la previa un poco sorprendidos por la salida del once titular de Soto y el ingreso de Quilez. No por que nos pareciera mal el cambio, sino porque no lo esperábamos. En rigor y retrospectivamente, la sorpresa fue grata porque Soto no venía jugando bien, y las dos ocasiones en las que Quilez jugó por ausencia del chileno (una por razones personales, otra obligado por sanción disciplinaria), lo había hecho en buena forma, por encima de las prestaciones que venía teniendo su reemplazado desde hace unas cuantas fechas. A nosotros esto nos da vibra de DT valiente, que no teme hacer algo intentando mejorar. Nadie le iba a reclamar nada, y Soto no es ni ha venido siendo un desastre. Por lo tanto, era un riesgo que Dabove decidió correr para lograr un mejor rendimiento por la franja derecha. Y desde acá, celebramos la actitud y aplaudimos el cambio, aun cuando este no haya resultado. Respecto de la actuación del santafesino, nada la salió bien: malas decisiones que terminaron de la peor manera (el no rechazar la pelota e intentar un pase hacia atrás, mal ejecutado además porque fue muy fuerte, a un compañero que no lo esperaba y que además, estaba asediado por jugadores de la visita), cerró equivocadamente un par de veces, regaló las espaldas en incontables ocasiones y a la ofensiva, no estuvo fino para centrar y hasta tuvo la mala suerte de tropezar solo en un ataque del Globo que prometía. A veces las cosas no salen como uno espera. Pues a seguir laburando y no bajar los brazos, que el fútbol siempre da revancha.

Fernando Tobio: En su regreso luego de la suspensión, Tobio fue el mejor del fondo del Globo. Tuvo un inicio de partido difícil en el que le costó acomodarse -como a todo el Globo- e incluso en los primeros minutos perdió una pelota por la derecha en una salida que casi termina en gol de la visita. Luego se consolidó y ofreció las prestaciones con las que nos ha acostumbrado este último tiempo: buen timming, sobriedad, simplicidad para resolver.

Lucas Merolla: Partido de claroscuros para el Flaco. Por un lado, fue amonestado (realmente a nosotros no nos quedó claro por qué), lo cual son pésimas noticias para Huracán y para él, porque esta es su NOVENA tarjeta amarilla en el torneo. Con esto, la próxima amonestación acarreará de manera automática una suspensión por DOS partidos. Esto podría no ser automático si, de producirse esa décima tarjeta amarilla, ocurriera a más de 3 meses de sufrida la primera suspensión, lo cual no es posible en el caso de Merolla porque esa primera suspensión fue hace bien poco. En síntesis: si nos basamos en su promedio de una amarilla cada dos partidos, parece casi imposible que tengamos al capitán para la visita al Bajo Flores. Es casi un hecho que no lo tendremos en dos las ocho finales que nos quedan. Lo mejor que podría pasarnos sería que esto ocurriera después del clásico. Volviendo al partido, la buena es que por fin convirtió de cabeza en el área de enfrente. Gol importantísimo que consolidaba la levantada, la cual tristemente no se terminó de concretar con una victoria. Párrafo aparte por sus declaraciones en nombre de todo el plante al final del partido en la zona mixta, sin estridencias ni circo, pero también sin pelos en la lengua, explicando el partido, las sensaciones y cómo está el plantel de cara lo que viene (porque esto amigos, esto, todavía no terminó). Bien aquí demostrando que es Capitán adentro del campo y fuera de él. Liderazgo bien entendido.

Lucas Carrizo: Noche floja la del lateral tucumano. Sufrió bastante cuando Valenzuela se recostó sobre su lado para jugar (hay que decir que Huracán nunca supo cómo resolver los movimientos del volante de la visita, así como tampoco los de Sepúlveda). Ofensivamente, resultó improductivo, y no logró en ningún momento asociarse con Cabral (más culpa del obcecado individualismo de esté último que del propio Carrizo) para superar las marcas con juego asociado y ganar el fondo con chances de centrar. Partido olvidable por donde se lo mire.

Santiago Hezze: La dupla Fattori-Hezze debe ser la mejor del torneo. Al extraordinario trabajo táctico del primero, Santi le aporta un despliegue descomunal y acumula millas con cada partido como ningún otro jugador del Globo. Además de su trabajo en la recuperación que ya le conocemos y hemos valorado constantemente, está comenzando a ser factor sorpresa en la ofensiva cada vez con mayor asiduidad. Auguramos algún gol más de Hezze de acá al final del torneo. Así de confiados estamos. Contra Barracas, estuvo cerca cuando no llegó por muy poco a una pelota que bajó Cóccaro en el área, y fue el primero que intentó desde afuera del área, en un remate que se fue cerca.

Federico Fattori 👍: Me dicen que es el tercer partido consecutivo que pongo a Fattori como figura, que no sea vago (?) y elija a otro… pero a la verdad hay que tirarla arriba de la mesa así, sin vueltas ni convenientes arreglos para conformidad de los demás. Fattori fue, una vez más, el mejor del Globo. Por entrega, por sentido colectivo, por capacidad individual, porque hace mejores a todos los demás. Buen momento este para recordar que una cosa es jugar bien con la pelota (el tipo habilidoso al que para sacársela le tenés que encajar un tiro, capaz de meter un cambio de frente y embocar la pelota en un pocillo de café), y otra cosa es jugar bien al fútbol. Pues señores, Federico Fattori es un extraordinario jugador de fútbol, que entiende como pocos el juego, y lo demuestra partido a partido con su trabajo. La capacidad que tiene para anticipar el destino del balón, para estar en el lugar donde el equipo lo va a necesitar la próxima jugada, es insólito. No son pocos los que dicen “cómo corre el pelado, está en todos lados!”… No señores, no es que corra tanto (que sí, corre, y mucho), sino su capacidad interpretativa del juego, su inteligencia táctica, la que lo lleva a situarse donde pasarán las cosas, listo para intervenir según la propia jugada lo exige. No tenemos idea de cómo terminará este torneo, ni qué plantel podrá conformar Huracán para el año que viene, pero una cosa es segura: a como de lugar, Huracán tiene que hacer uso de la opción de compra por Fattori, y firmarle un contrato por cinco años para que no se vaya nunca más.

Franco Cristaldo: El indiscutido e indiscutible as de espadas del equipo, no estuvo fino ni logró imponer desequilibrio. La ecuación es bastante fácil a estas alturas: juega bien Cristaldo, Huracán juega un montón; Cristaldo juega más o menos, al Globo todo le cuesta un huevo y se termina ahogando en su propia impotencia. Tuvo, eso sí, la entrega de siempre (en el segundo tiempo, bajó a recuperar una pelota hasta el propio rincón del córner, a espaldas de Quilez, que no sabemos por dónde andaba) y metió un lindo tiro libre que Sepúlveda, en la barrera y dentro del área, consideró adecuado rechazar de un puñetazo total nadie lo iba a ver. Ver, lo vio todo el mundo, excepto Echavarría (árbitro) y el VAR, por lo que Huracán se perdió de una chance cierta y seria de convertir y quedarse con los tres puntos. ¿Otra típica de Cristaldo, de esas que necesitamos? Metió un pase hermoso para Garré, que finalizó con un disparo cruzado de éste fácilmente rechazado por el bien ubicado arquero de la visita.

Benjamín Garré: Un primer tiempo interesante, en el que en más de una ocasión optó por enganchar hacia afuera, hacia su perfil inhábil para centrar de derecha. Esto no siempre resultó en una jugada exitosa, pero a nosotros nos parece excelente, y esperamos fervientemente que lo mantenga en los próximos partidos. ¿Por qué? Porque luego de las primeras apariciones de Garré, los rivales comenzaron a conocerlo y todos esperaban que hiciera lo que hacía: parar la pelota, amagar, enganchar hacia adentro para su perfil zurdo. Eventualmente, ya lo esperaban y les resultaba más fácil defender esa aparente única opción. Ahora bien, si Garré mantiene este sano nuevo hábito de desbordar cual tradicional wing derecho, aunque esto no siempre resulte, va a mantener a sus marcadores dudando y atentos a ambos perfiles, lo que implicará que cuando enganche para adentro, para su perfil, se maximicen sus posibilidades. Tuvo asimismo una chance inmejorable, en la que enganchó hacia adentro dentro del área, pero su remate no fue lo suficientemente cruzado como para importunar al arquero de Barracas.

Matías Cóccaro: Hoy vamos a reivindicar el trabajo del uruguayo, sin por ello negar su sequía goleadora. Una cosa no quita la otra y si algo está claro, es que esta columna no es para exponer pensamientos absolutos y extremistas de corte termocefálico. Huracán ha perdido puntos en este torneo (y especialmente en este último tramo) en buena parte por su incapacidad para convertir en goles el dominio exhibido en varias facetas del juego. Por caso y para poner de ejemplo este partido, Huracán se impuso a Barracas en todas las estadísticas del cotejo, excepto en la única que da puntos: posesión, 62% a favor versus 38% del rival, intentos al arco 17 contra 8, tiros efectivos al arco 7 contra 2. Decir que los delanteros (y especialmente el centrodelantero) están para hacer goles, es una obviedad que simplifica el entendimiento del juego y, quedándonos en esa única dimensión, anulamos otros análisis tan interesantes como pertinentes. Por como juega Huracán y la forma en que construye sus situaciones, el nueve no tiene el único rol de simplemente estar parado en el área chica para empujarla a la red o meter los rebotes, sino que es parte inherente de esa construcción con varias funciones y mucho “trabajo sucio” que realizar, como por ejemplo arrastrar marcas, abrir espacios para otros, pivotear, tirar diagonales hacia los costados para triangular o bien para liberar corredores, desgastar defensas e incluso mermarlas con amonestaciones y hasta expulsiones, etc. En todas estas cosas, Cóccaro ha cumplido y con creces. El problema es que no está haciendo goles y esto está empezando a convertirse en una carga para él y en urgencias para el equipo y el entorno. Ahora bien: ¿ha tenido Cóccaro estas ocasiones claras y las ha fallado, de manera constante y recurrente? ¿Ha quedado con el arco de frente para definir, o tenido jugadas “mano a mano” mal resueltos por él? ¿Ha recibido pases al vacío que lo dejaran perfilado hacia al arco y con la marca detrás? Respondemos: no (o al menos nosotros, no recordamos NINGUNA de los últimos 3 o 4 partidos). El único remate “franco” (es una manera de decir) que le contamos en este encuentro contra Barracas, es un intento a 40 metros del arco, sobre el final del partido y producto de una mala decisión porque Quilez venía pasando vacío a su derecha para quedar o bien solo para definir o bien en inmejorable posición para luego asistir a otro compañero que entrara por el medio. Entonces, ¿por qué tanto hincha criticándolo con vehemencia y/o pidiendo que se lo reemplace con quien sea? ¿Es Cóccaro el único responsable de su actual falta de gol? Nuestra conclusión es que no, que, si bien está enemistado con el arco, este presente no es completamente su responsabilidad, que por otro lado aporta muchas cosas al equipo que devienen en oportunidades de gol para otros y, en última instancia, la crítica se hace presente porque nadie más está haciendo goles, el equipo no ha ganado en dos partidos consecutivos en los que necesitaba hacerlo y por lo tanto, su sequía se hace más evidente. Dicho todo lo anterior y luego de cierto espacio para la reflexión sosegada, nos parece que ninguno de los potenciales reemplazantes de Cóccaro puede hacer el aporte colectivo que él realiza. Ilusiona Luna, con la interesante media hora que jugó sobre el final del partido, pero es una medida exigua y más las ganas de encontrar una solución mágica que el hallazgo de una real que vaya a saldar la deuda goleadora del equipo. Se viene Boca, de visitante, un estadio en el que Cóccaro supo convertir y Huracán (y este plantel) saben lo que es ganar. Boca es además un equipo que, en contraposición a varios de los recientes rivales del Globo, no estará replegado y a la espera, sino que, por peso propio, saldrá a buscar o lo intentará. Todos estos elementos van configurando un marco ideal para el Zorro vuelva a hacer de las suyas. Esperemos que así sea.

Rodrigo Cabral: Hay dos factores que conspiran severamente para entender la percepción general sobre la actuación de Cabral en este partido en particular y sobre sus condiciones en general. La primera es el ilógico empecinamiento en el que Rodrigo a veces cae, intentando gambetear en momentos en los que lo aconsejable es tocar, reteniendo la pelota por demás, con pérdidas tontas dejando al equipo mal parado, cayendo por momentos en la intrascendencia a partir de sus propias decisiones tácticas. Por otra parte, también está el humor de la tribuna, que a los 5 minutos de juego ya estaba comenzando a fastidiarse ante el más mínimo error (conceptual o de ejecución) y manifestándolo, instando al equipo a “ir para adelante” (el apuro desde afuera siempre es contagioso, y quien diga que no, en su vida jugó al fútbol). Las condiciones, Cabral las tiene. Deberá serenarse, privilegiar lo colectivo por sobre lo individual, apostar por el desequilibro colectivo y no tanto por el suyo individual, especialmente cuando encuentre caminos fáciles por los que avanzar. El DT ya demostró que sabe como domarlo y sacarle jugo. Es momento de que esa mano vuelva a aparecer. Y sino, asoma Gauto en el horizonte, que viene de levantar un trofeo con la Selección Argentina Sub-20, y ya ha demostrado que en la primera del Globo, puede jugar.

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Enzo Luna: Ingresó por Hezze faltando algo más de media hora, y fue un soplo de aire fresco para el ataque quemero. Sin llegar a ser determinante, contribuyó al pasaje de más peligro de Huracán, que por otra parte y como en varios partidos este torneo, arriesgó y empujó sobre el final del partido buscando ganarlo. Es muy escaso el recorrido de Luna hasta ahora, pero resulta interesante. Ojalá sepamos esperarlo y el cuerpo técnico, sepa llevarlo.

Guillermo Benítez: Entró por Carrizo con veinte minutos por jugarse. Defensivamente, no tuvo mayores problemas porque sencillamente la última parte del juego Barracas la afrontó completamente metido atrás y con la expectativa de algún contraataque latente que le permitiera lastimar (y le funcionó). Ofensivamente… bueno, Huracán no estaría aprobando la materia “tirar centros decentes con la pelota en movimiento”. No es un problema exclusivo de Benítez, por cierto, pero de un recambio uno -ilusamente quizás- espera aporte algo distinto al partido y que de alguna manera tuerza la historia. Pues no fue el caso, aunque tampoco desentonó.

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