Torneo Socios – Fecha 22 – Huracán 1 vs. Patronato 0 | El seguimiento de cada jugador del Globo.
Marcos Díaz: Protagonizó la atajada del partido sacando al córner un remate de Arias, abajo al palo izquierdo y con destino de red. El resto del partido no se vio exigido, y las veces que fue llamado para intervenir, lo hizo con corrección, sin cometer errores ni regalar al equipo con una salida fallida.
Raúl Lozano: No fue un feliz retorno la titularidad para Lozano, quien sorpresivamente fue incluido en el 11 titular en reemplazo de Quilez luego de la fallida visita del Globo a Estudiantes. En rigor, el cambio resultó sorpresivo porque dejando de lado el último partido -en el que casi todos tuvieron un muy mala actuación-, Quilez venía siendo una de las piezas más consistentes de Huracán, constituyéndose incluso en una de las mejores armas ofensivas del equipo. En cualquier caso, el rendimiento del ex Quilmes fue discreto, mostrándose voluntarioso y participativo, pero con ciertas inseguridades en defensa y resolviendo no de la mejor manera las incursiones ofensivas.
José Moya: Un cambio que hace rato se le venía reclamando al DT: incluir a Moya como primer marcador central y mover a Galván hacia el otro lugar de la zaga. Y el colombiano cumplió con creces. Si bien carece de velocidad, al menos en este partido supo resolver esa deficiencia con ubicación y sentido, pero tengamos cuidado; la forma en que Huracán se expone cuando avanza, demanda velocidad y anticipación por parte de los defensores del equipo, sometiéndolos a una exigencia superior. Patronato no está entre los mejores 15 equipos del torneo, y aun así se las arregló para crear algunas situaciones de peligro para el arco de Marcos Díaz, que por lo general fueron mal terminadas por ellos mismos. Esto no minimiza la actuación de Moya, que además fue determinante en las dos áreas. Hizo el gol del triunfo y minutos después y sobre el final del partido, realizó un cruce salvador dentro del área cuando el delantero de Patronato se aprestaba a definir.
Jonathan Galván: Otro muy buen partido del marplatense, en una posición en la que no es habitual verlo, jugando con el perfil cambiado de segundo marcador central. Aunque es cierto que el rival no pareció ser particularmente exigente, supo resolver con solvencia las ocasiones en las que debió participar. Además, estuvo cerca del gol con un cabezazo que se estrelló en el palo, con el arquero de Patronato sin posibilidades de actuar. Es una verdadera lástima que su opción de compra sea inalcanzable para este momento económico de la institución. Esta imposibilidad y su muy buen momento futbolístico en Huracán presagian su partida luego de diciembre. (En rigor, el préstamo de Galván es sin cargo hasta diciembre 2022, pero en caso de que el Globo no haga uso de la opción de compra que es de 1,5 millones de dólares por el 80%, Argentinos Juniors -dueño del pase del jugador- puede pedir su regreso en diciembre de este mismo año, con la clara intención de venderlo aprovechando su buen momento. Negociar la continuidad de Galván o las condiciones para que esta se diera, debe necesariamente ser una prioridad para la dirigencia).
César Ibañez: Partido regular del marcador de punta, perdió más de lo que ganó ante Delgadillo, quién todos -excepto el propio Ibañez- sabíamos que siempre engancharía hacia adentro para su mejor perfil. Por suerte para él y para Huracán, el ex Vélez no terminó bien ninguna de las que armó. Ofensivamente, se involucró poco y con criterio, y tuvo incluso algún que otro remate al arco que no prosperó.
Santiago Hezze: Tuvo un primer tiempo regular, en el que alternó algunos chispazos de buen fútbol asociado, con no tan buenos posicionamientos defensivos. En el segundo tiempo, puesto a jugar de volante central en solitario, tuvo excelentes primeros 15 minutos en los que mantuvo el equipo arriba con varias recuperaciones altas, y moviendo con criterio la pelota a uno o dos toques. En este lapso del partido, se vio lo mejor del jugador y también del Globo, aunque más en lo actitudinal que con lo futbolístico, ya que el equipo no supo convertir esa presión y ese dominio territorial en situaciones concretas de gol. En síntesis, más que aceptable rendimiento del chico Hezze como volante central, lo que hasta la vuelta de Yacob, lo convierte de manera automática en la alternativa lógica para reemplazarlo.
Fabián Henríquez 👎: La jornada comenzó con la sorpresa de que el DT metiera 5 (cinco) cambios respecto del horroroso partido jugado en La Plata el viernes pasado. No menos sorprendente resultó que el ex Godoy Cruz no fuera uno de los que dejaran su lugar en la formación inicial, y que volviera a ser titular (sigue sin haber fecha cierta para el regreso de Yacob). Sin embargo, bastaron 45 minutos para que Frank Kudelka se diera cuenta de que Henríquez, al menos hasta ahora, no ha estado a la altura de las exigencias futbolísticas de la máxima categoría del fútbol argentino. En efecto, luego de un mal primer tiempo en el que Cantero hizo lo que quiso en el mediocampo gestionando los ataques del conjunto visitante, no salió a jugar el complemento, siendo reemplazado por Lucas Vera en lo nominal, y por Santiago Hezze -quién no es un volante central natural- en lo posicional.
Franco Cristaldo: Partido “normal” del 10, que nos tiene acostumbrados a ser el mejor del equipo casi como una fija. Raramente impreciso, no estuvo fino en la entrega del balón e incluso, poco participativo en la ofensiva del equipo. No obstante, en lo que ha empezado a ser otra constante de su juego últimamente en su ya afianzado juego de ida y vuelta, recuperó varias pelotas en defensa.
Jonás Acevedo: Empezó el partido por la derecha, sector en el que no fue influyente ni atacando ni defendiendo. Con el ingreso de Candia por Cabral luego del entretiempo, se movió a la izquierda, por donde se mueve mejor, y allí se involucró algo más en el juego, sin tampoco constituirse en una amenaza.
Matías Cóccaro: Bienvenida la titularidad para el uruguayo. Ahora, sería genial que esta se mantuviera al menos hasta el final del torneo, para tener las mismas oportunidades que tuvo Triverio, e ir ganando confianza. No fue el mejor partido de Cóccaro, realmente, pero tampoco lo fue de Huracán en general. Al igual que el equipo, ofreció un muy saludable espíritu combativo y evidentes ganas de ir hacia adelante a por el triunfo, pero no tuvo oportunidades claras, ya sea porque no supo generárselas o porque el equipo ofensivamente fue improductivo gran parte del partido.
Rodrigo Cabral: Mala tarde de una de las esperanzas del club. Un solo desborde (terminado con un centro impreciso) luego de una linda pisada, es poco para un jugador del que se espera mucho más. Salió correctamente reemplazado luego del primer tiempo. Esperamos recupere su condición para el próximo juego; Huracán lo necesita en su mejor versión de aquí al final del torneo en la persecución de un doble objetivo: sumar para escaparle al fondo de la tabla de los promedios e ilusionarse con el tropiezo de otros para colarse en la Copa Sudamericana.
Lucas Vera: Ingresó por Henríquez luego del entretiempo, y fue parte ostensible de la mejora de Huracán tanto en el juego como en la actitud (el equipo salió al segundo tiempo con una postura distinta, evidenciando, aun con sus limitaciones, un vigoroso deseo de ganar el partido). Como todo hay que decirlo, una buena y una mala respecto de lo aportado por Diosito. A favor: apenas ingresado, se adueñó de la pelota, la pidió siempre, gambeteó ofensivamente y por momentos parecía imposible quitársela, desnivelando de manera permanente especialmente por el lado izquierdo del ataque quemero. En contra: puede llegar a resultar exasperante su incapacidad para desprenderse de la pelota en el momento indicado, abusando hasta el hartazgo de su individualismo y diluyendo potenciales oportunidades con su excesivo traslado.
Jhonatan Candia: Otro ingreso post entretiempo (por un extrañamente inactivo Cabral) y enseguida realizó aportes positivos a la ofensiva quemera, mostrándose activo, incisivo y participativo. Una vez más, sus prestaciones mejoran cuando se mueve hacia el centro como una suerte de segundo centrodelantero, respecto de cuando va hacia los costados. Asimismo, pareciera ser que se entiende mejor con Cóccaro que con Triverio, ya que el primero es menos estático y más generoso (recordar la asistencia de El Zorro para el gol de Candia contra San Lorenzo).
Nicolás Silva: Ingresó por Acevedo promediando el segundo tiempo, y su aporte fue tan irregular como el de su reemplazado. Sin embargo, desde lo posicional, cumplió, situándose bien abierto a la izquierda y anclando con eso cualquier intento de subida por la derecha del equipo visitante, lo que de todas formas no cambiaba demasiado los planes de las huestes de Delfino, que apostó al empate hasta que sobre el final del partido se encontró abajo en el marcador.
Enrique Triverio: Reemplazó a Cóccaro para jugar en el último tercio de la segunda mitad, sin tiempo para ser factor. No obstante, fue interesante como, ingresando sobre el final y con piernas frescas, físicamente no se lo vio tan disminuido frente a una defensa que ya tenía sobre el lomo casi todo el partido. Condiciones tiene, pivotea muy bien y es potente… las críticas han sido por, principalmente, su lentitud y falta de resto para definir. No parecería mala idea guardarlo para meterlos los últimos 20 o 30 minutos de los partidos, donde ese déficit físico que mencionamos ya no sería tan evidente.
Patricio Toranzo 👍: Y un día volvió a jugar. ¿Qué cómo va a ser figura si apenas jugó 15 minutos? ¿Y a quién le importa? Un ratito en cancha y una decena de intervenciones fueron suficientes para hacer la diferencia, levantar al público y honrar este juego maravilloso que llamamos fútbol. Entró por Cristaldo en las postrimerías del partido, cuando el empate parecía inevitable y el humor no era el mejor en la tribuna huracanense. Contando los realizados para la formación titular respecto del partido contra Estudiantes, el Pato era el décimo cambio que ensayaba el DT en menos de 90 minutos. Pero vaya que décimo cambio… esos pocos minutos bastaron para convertirlo en el jugador destacado del partido. Un córner perfectamente ejecutado para el gol de Moya, un pase precioso para Triverio (jugada que se invalidó por una dudosa posición adelantada del tanque santafesino) y una definición exquisita que casi termina en golazo sobre el cierre del partido, le valieron la ovación al final del juego y destinatario del amor de todo Parque Patricios. Gracias Pato, con vos la pelota volvió a ser redonda.
