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Superliga 2019/20; Fecha 13 – Racing 1 vs. Huracán 0 – Huracán volvió a perder por la mínima, la poca ambición y marcados detalles lo dejaron sin nada, nuevamente falló situaciones insólitas y otra vez sufrió la anulación de un gol lícito. El Globo trabajó duro para mantenerse competitivo ante un rival superior, pero no alcanzó y se relega en la zona baja de la tabla.   


Tras caer por primera vez desde la salida de Vojvoda Huracán debió afrontar una parada brava visitando a Racing en Avellaneda. Néstor Apuzzo presentaba un equipo a prior interesante, con Faravelli y Gómez acompañando el doble cinco en la línea media y Fernando Coniglio junto a Barrios en la delantera; se presumía un poco más de peso en el campo rival y la esperanza de ganar circulación en el mediocampo.

Y aunque esto no ocurrió el Globo fue un equipo bien ordenado, que cubrió espacios con criterio y trabajó bien para contener las individualidades del rival. En ofensiva generó poco, aunque un tiro libre de Rodrigo Gómez fue la primera aproximación interesante de la tarde.

Huracán se hizo fuerte en el fondo, defendió con criterio los embates de un rival que lo superó en tenencia y prácticamente no generó ninguna situación clara a los tres postes; apenas un cabezazo de Lisandro López por sobre el travesaño.

Ya en el complemento el Globo mantuvo su cometido, induciendo el ritmo del juego e incluso ganando aire con algunas excursiones ofensivas. En una de ellas Lucas Merolla no logró direccionar un anticipo que encontró vencido a Arias, pero resultó desviada. En la segunda llegaría la gran polémica de la jornada, Droopy Gómez jugó el tiro desde la esquina derecha, Merolla conectó un tremendo cabezazo que generó la mejor respuesta de Gabriel Arias y Fernando Coniglio terminó mandándola a guardar en el rebote.

Era gol de Huracán, pero Fernando Rapallini lo anuló al momento que Merolla cabeceó, por una infracción que es realmente imposible de advertir. Ningún jugador de Huracán ejerce la fuerza suficiente como para desestabilizar al rival, y Salcedo, que no participa directamente, apenas ejecuta un tenue empujón que no es sancionable en ningún sector del campo de juego. Rapallini le quitó un gol legítimo a Huracán, como Alejandro Scheneller ya lo había hecho hace un par de meses. Y el que diga que hay falta es cuervo, o al menos lo parece.

Y de repente lo que parecía un duelo inaccesible se volvió hasta ganable, sin embargo esa decisión de intentar apretar el acelerador no se tomó nunca. Un poco por resultado, que hasta ese momento era el buscado, y otro tanto por la más cruda de las realidades: plantel corto y discreto.

En veinte minutos Apuzzo mandó a Juan Vieyra en lugar del poco participativo Coniglio, manteniendo en cancha al un Lucas Barrios contrariado, casi sin maniobras a destacar. Vieyra volvía a sumar minutos tras varios duelos y enseguida quedó cara a cara con la posibilidad de no salir más; Gómez manejó perfecto la contra filtrando el pase en el momento ideal, el delantero encaró sin ninguna oposición más que Arias pero en puertas de la medialuna definió extremadamente liviano contra el cuerpo del arquero.

Inadmisible, como la de Barrios ante Lanús, imposible regalar tanto teniendo tan poco. Vieyra pudo intentar eludir, intentar pincharla, intentar colocarla contra un palo, pero no. Definió tímido, asustado, cargado de dudas, contra el cuerpo de un arquero regalado. Era su llave a la titularidad, y aunque no es ni siquiera por asomo responsable de esta actualidad, definió como para no volver a sumar minutos.

Y para colmo, enseguida, el gol en contra. Con Merolla afuera y Rapallini sin dejarlo entrar Barbona tiró el centro desde la izquierda que Cvitanich cabeceó sin ninguna marca; Silva respondió bien pero dejó el rebote vivo y Reniero la sopló contra el arco vacío. Eran cuatro delanteros de Racing contra dos defensores de Huracán, con Merolla desafectado por capricho del árbitro. Desconcentración que rompió todo lo hasta allí construido.

Enseguida Apuzzo metió a Coniglio en lugar de Faravelli, y Vieyra sacudió un tiro libre que Arias lanzó a córner. Huracán estaba vivo más allá de la bronca y Lucas Barrios conectó con centro de Araujo a manos de Arias; jugada que desnudó el cansancio del delantero ¿Por qué sostenerlo a cualquier precio?

Parecía que el Globo podía meterse en el score pero una jugada cambió todo, Araujo le entró fuerte a un Cvitanich en modo canchero. El Pipi se trenzó con otros futbolistas y Rapallini le mostró roja directa por el planchazo, y también expulsó a un Merolla que intentó copar la parada y terminó chocando con Reneiro, que demostró toda su cobardía desplomándose en el piso.

Araujo está bien expulsado, Merolla no. Así de simple, si a Lucas, ya amonestado, le mostraban otra amarilla la discusión podía llegar a ser otra, pero no. Fue roja directa, inventada por el juez. Siga, siga.

Con nueve futbolistas disputó el Globo los últimos cinco y el adicionado, pero aunque Racing intentó agrandarse con un toqueteo fallido quien más cerca se movió del área rival fue Huracán. Aunque el empate no estuvo al caer, fue final con derrota.

Segunda caída en fila, otro fallo arbitral que incide directamente en el resultado y ventajas que a este nivel ya no se pueden dar; insólito gol errado, poca presión contra el juez, discreto relevo a Merolla mientras estaba afuera. Ya damos ventajas por plantel, tanto en calidad como en cantidad, y ni hablar de tener a quienes fueron durante muchos duelos la delantera titular afuera por lesión (Chávez, Garro y Briasco).

Para colmo esta derrota también dejó una catarata de suspendidos (¿No se puede apelar en AFA la roja a Merolla?) pensando en Central Córdoba de Santiago del Estero. Quedan 9 puntos a disputar antes de fin de año, 6 como local y 3 en Santa Fe. Huracán tiene 14, cerrar el semestre debajo de los 20 es pésimo, alcanzarlo flojo y superarlo apenas un consuelo.

Si yo fuera dirigente empezaría a entrevistarme con directores técnicos, a pensar que futbolistas podrían ser refuerzo y cuales son aquellos a rescindir. El promedio es sólido, pero quemar todos los puntos amarrados en una sola mala temporada sería sin ninguna duda un marcado fracaso deportivo. 

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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