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Gabriel Guerra fue presentado por las redes sociales de la institución como nuevo refuerzo del Globo. El nombre tomó relevancia pública de un día para el otro generando entre el Pueblo Quemero más dudas que certezas; el atacante surgido de Boca Juniors logró un alto promedio de gol durante su estadía en el Fútbol de Malasia, liga que en 2017 no integró la lista de los cien mejores campeonatos nacionales del mundo según la IFFHS.


Huracán se movió mucho en este mercado de pases, vendiendo y comprando futbolistas en cifras millonarias. Sin embargo los primeros tres cotejos de la temporada desnudaron una falencia en el centro del ataque, tanto en la creación como en la resolución. Gustavo Alfaro había manifestado la necesidad de incorporar uno o dos nombres en dicha zona, los mismos fueron tachándose y cerca del ocaso absoluto de transferencias apareció Gabriel Guerra.

Categoría 1993, el futbolista de 25 años realizó sus primeras aproximaciones con el fútbol en el Club Parque, cuna de grandes talentos. Nacido en Florencio Varela realizó todo el proceso de inferiores en Boca Juniors, donde llegó hasta la reserva. Allí fue goleador de la división en 2014 pero no logró ser tenido en cuenta para el primer equipo.

Un año más tarde fue cedido a préstamo al PKNS FC de la Malasia Premier League, segunda categoría en el país asiático, donde consiguió ser durante sus dos temporadas el máximo artillero del equipo. En 2016 logró el ascenso a la Primera División y cerrada la temporada cambió de club, otra vez en calidad de prestado, arrancando la siguiente en el Johor Darul Takzim. Guerra no paró de hacer goles con la casaca de los Tigres, consagrándose Campeón del Fútbol malayo.

La estadística indica que anotó 65 goles en los 109 cotejos que disputó durante su estadía en Malasia, un promedio muy alto que le valió una oportunidad con el plantel profesional de Boca Juniors en inicio del 2018. El delantero estuvo presente durante parte de la pretemporada Xeneize en enero pero no terminó convenciendo al entrenador y quedó en libertad de acción. Tras un semestre sin actividad arregló su llegada a Huracán, donde tendrá la gran chance de mostrarse en el Fútbol Argentino.

Quienes lo conocen de su proceso formativo aseguran que Guerra arrancó como enganche y fue adelantándose en el campo de juego. Puede jugar como puntero por la derecha pero su altura (1.86) y capacidad de gol lo posicionan como un centro delantero a tener en cuenta.

Si estuviera para salir a la cancha hoy uno fácilmente lo pensaría como alternativa al nueve del equipo, teniendo en cuenta las dificultades físicas de Andrés Chávez y la bajísima cuota de gol de Diego Mendoza. Sin embargo y repasando sus goles en Malasia Guerra suele arrancar con el balón dominado en el círculo central, logrando varias conquistas con tiros desde afuera del área.

El futbolista llega con buena edad, está claro que tiene noción goleadora y sus características de juego encajan en lo que Huracán necesita. Pero las contras son varias, llega sin actividad y seguramente necesitará varios minutos para sumergirse en el roce de la Primera División, donde los ritmos y exigencias son diferentes. Finalmente la discusión sobre tapar o no a los juveniles, aunque en el puesto recién aparece Nicolás Cordero (con un puñado de minutos) y Norberto Briasco, que tampoco se define como centrodelantero natural.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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