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Superliga 2017/18 – Fecha 26; Talleres 0 vs. Huracán 0 – Huracán igualó cero a cero ante Talleres en Córdoba sumando la unidad necesaria para asegurar su clasificación a la Copa Sudamericana 2019 y seguir dependiendo de sí mismo para transformarla en un ticket de acceso a la próxima Libertadores. El equipo construyó una actuación con muchos matices en la cual dominó y fue dominado, tuvo algunas situaciones claras de gol pero también volvió a apoyarse en el decisivo Marcos Díaz. Ahora el Globo buscará en el último partido de la Superliga, ante Boca en el Ducó, la victoria que lo meta en el máximo torneo continental.


Parada brava y determinante en el Mario Alberto Kempes de la capital cordobesa, allí donde el Club Atlético Huracán se presentaba ante el Club Atlético Talleres, de iguales intereses, con un panorama determinante: una victoria nos clasificaba para la próxima Copa Libertadores mientras que perder nos dejaba virtualmente eliminados. Gustavo Alfaro dispuso el regreso de Israel Damonte en lugar de Andrés Chávez como única modificación del once inicial en el triunfo ante Atlético Tucumán.

Huracán arrancó bien plantado en el campo de juego, con Ignacio Pussetto por banda izquierda y Nicolás Silva en la misma línea que Diego Mendoza siendo Mauro Bogado el cinco que más se movía por la derecha. Parecía que la temprana y apresurada amonestación a Saúl Salcedo incidiría en el desarrollo, sin embargo el central paraguayo mostró todavía mayor temple para convertirse casi de inmediato en el patrón del fondo Quemero.

El Globo empezó a parar el bloque de volantes cada vez más adelante  pero esto benefició a la rápida salida de Talleres, como cuando Rojas limpió a Calello y Araujo por la banda, recibiendo una aparente infracción que Vigliano no entendió como penal. El vértigo que intentó imprimir el Matador mermó casi de inmediato y era Huracán quien parecía tener el partido controlado, moviendo la pelota con criterio con Israel Damonte como eje aunque sin el picante necesario para meter el puñal; de todas formas tuvimos la más clara del primer tiempo cuando Nicolás Silva penetró al área local tras bochazo largo que peinó Mendoza y sacó un perfecto zurdazo, casi sin ángulo, que Guido Herrera desvió a córner.

El propio golero de Talleres mostró varias dificultades para detener los centros que lanzó Huracán, aunque no tuvimos el olfato necesario para sacar mayor provecho. La segunda opción más clara también fue nuestra, ya con Pussetto retornando a la derecha, Silva habilitó la sorpresiva aparición de Calello pero Adrián, dentro del área, intentó un fallido pase a Mendoza que resultó desviado cuando todos pedíamos shot a puerta dado la inmejorable posición.

Talleres lo tuvo sobre el cierre con Mauro Ortiz, pero el ex Riestra no aprovechó el espacio que le regaló Pussetto y definió muy mal. Así cerró la primera mitad, y de haber público Quemero en Córdoba sin dudas hubiera despedido con aplausos al equipo. Huracán no se achicó, tomó la iniciativa durante mayor cantidad de minutos y logró las opciones más claras para anotar.

Ya en el complemento el trámite cambió. Talleres salió a quemar naves ante un Huracán más retrasado por mérito rival que por decisión propia, pero aún apretados el equipo no perdió compostura no solidez defensiva. Diego Mendoza tuvo un cabezazo que pudo llevar más peligro aunque la T logró una clarísima con Rojas probando los reflejos de Marcos Díaz; enseguida una súper nítida para nosotros, sin embargo la volea de Israel Damonte, tras otra buena maniobra de Silva, no fue limpia en altura del punto penal.

Huracán fue perdiendo el poco peso ofensivo que tenía y el ingreso de Andrés Chávez por Diego Mendoza nada modificó, incluso el peligro volvió a aparecer con un tiro libre largo de Mauro Bogado que picó realmente cerca del poste derecho de Herrera. Talleres recuperó peligrosidad en el cuarto de hora, y allí apareció nuestro ancho de espadas. Marcos Díaz le bloqueó un mano a mano en velocidad a Aldo Araujo.

Ojo que el Globo, amén a sus dificultades para elaborar juego asociado en campo rival, también se mostraba peligroso con un derechazo del decisivo Carlos Araujo que Guido Herrera salvó con rebote riesgoso. Pero hablábamos de Marcos, ese que se agigantó bloqueando un mano a mano  luego que nuestro capitán se mancara de forma inexplicable dejando pasar a Aldo Araujo. Díaz también salvó un gol seguro luego que “Quebracho” Quintana, con clara infracción, cabeceara ante la tremenda volada de nuestro emblema.

Cristian Chimino ya estaba en cancha en reemplazo de Bogado (¿Era necesaria esa amarilla Mauro?) y Fernando Coniglio reemplazó al Mosquito Silva. Los últimos dos minutos de los cuatro adicionados por Vigliano se jugaron en las inmediaciones del área de un Talleres literalmente fundido, sin embargo Huracán tampoco tuvo el resto para aprovechar esta curiosísima situación. Solamente un centro defectuoso de Coniglio que Herrera descolgó perfecto cuando Chávez estaba solo y sin marca.

Final, empate cero a cero y un mundo de sensaciones sobre el partido. No dudo en afirmar que en líneas generales Huracán fue el mejor, contó con más situaciones de gol y logró contener a un equipo que claramente es más peligroso en el mano a mano. Por eso mi bronca, que debe ser la de muchos, de entender que con un poquito más de riesgo ofensivo podríamos habernos llevado todo.

Pero si recordamos nuestra lucha primaria este punto terminar siendo fantástico, ya que nos vuelve a meter en una Copa Internacional. Desde que regresamos a Primera llegamos a la última jornada de los torneos largos necesitando un resultado favorable para no irnos a la B, ahora precisamos ganar para volver a la Copa Libertadores de América; pequeña gran diferencia.

Veremos cómo llega Boca, y el resto de los equipos. Las posibilidades matemáticas varían e incluso podemos meternos perdiendo. Claro está que solo un triunfo nos permite no depender de nadie, por eso lo mejor llegará en el final de la Superliga.

Lo que también ya está decidido, más allá de las formas, es que este plantel y cuerpo técnico merecen una despedida acorde al tremendo esfuerzo realizado. Aplausos para cerrar una temporada soñada por pocos, y respaldo para que quede claro que no nos conformamos en búsqueda de mejorar pensando en lo que viene.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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