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Superliga 2017/18 – Fecha 13; Huracán 1 vs. River 0 – Huracán se dio un banquete en el inicio oficial del año cocinando a River Plate en el Palacio Ducó. El Globo fue superado por el rival pero tuvo la intensidad suficiente para defender el cero, y la capacidad de aprovechar el claro penal cometido a Ricardo Noir que Ignacio Pussetto transformó en gol. El equipo sigue sumando puntos de oro y esta vez ante un pez gordo que terminó nadando en un mar de excusas. 


No hay lugar como el hogar, y cada regreso al Tomás Adolfo Ducó significa revalidar un montón de sensaciones. Claro que en esta oportunidad la insólita amenaza de bomba en el Palacio trastornó el común desarrollo, sin embargo tras realizar los protocolos de seguridad pertinentes todo volvió a la normalidad hasta consumarse en reencuentro del Pueblo Quemero con su casa.

Dos horas después de lo que marcaba la programación saltó Huracán, de blanco, al verde césped. Gustavo Alfaro repetía el esquema con el cual llevó a este equipo a los primeros puestos de la tabla, reforzado con Ricardo Noir en lugar de Romero Gamarra y el debut absoluto de Israel Damonte junto a Calello en reemplazo de Mauro Bogado. Norberto Briasco era la única referencia ofensiva.

Pero la algarabía de un Palacio copado en cada sector habilitado no coincidió con el arranque del equipo, River tomó de inmediato la manija del partido ante un Globo como perdido en el campo de juego. El Millonario movía la pelota por el ancho del terreno esperando el momento para meter el puñal, así fue como Rafael Santos Borré se filtró entre Nervo y Villalba definiendo mano a mano ante un Marcos Díaz que se agigantó para bloquear al delantero.

La cosa no pintaba bien, sin embargo alcanzando la media hora de juego un saque de arco de Marcos Díaz picó en la medialuna del área visitante habilitando el gran movimiento de Ricardo Noir; Tito giró sobre la posición de Gonzalo Montiel y este lo sujetó de la camiseta cuando el atacante Quemero quedaba de cara a Lux. Germán Delfino, de frente a la acción, no dudó en pitar el clarísimo penal.

Sin Bogado en cancha fue Ignacio Pussetto quien se hizo cargo de la factura. Nacho esperó el movimiento del arquero ejecutando un certero derechazo que ingresó sin oposición apenas direccionado a la izquierda de un Lux que voló en la dirección opuesta. Explosión del Pueblo Quemero, otra diana de Pussetto, y el Globo que envuelto en la adversidad se ponía arriba en el marcador.

La conquista equilibró lo que quedó de primer tiempo, Huracán dominó por primera vez en la noche el círculo central obligando a que los generadores de River arranquen todos los ataques desde su propio campo. Además llegaron las situaciones de balón aéreo, primero Damonte ganó perfecto en las alturas aunque no pudo direccionar el buen cabezazo; enseguida Patricio Toranzo ubicó perfecto a Martín Nervo, quien solito en diagonal al arco buscó el tardío ingreso de Briasco por el centro. Era una gran jugada preparada, pese a quedar la sensación que el capitán pudo haber buscado el arco.

Ya en el arranque del complemento se mantuvo la paridad, incluso el Globo tuvo otra clara con Toranzo desbordando por derecha y ubicando el ingreso al área de Ricardo Noir, Tito dejó picar la pelota y definió de zurda a manos de Lux.

River volvió a tomar las riendas del juego con el correr de los minutos hasta generarnos mucho peligro, pero nuevamente Marcos apagó el fuego bloqueando un complicado mano a mano con Ignacio Scocco. Enseguida el propio Díaz volvería a negarle el gol al ex delantero de Newell´s.

El Millonario tiró todo la carne al asador y Alfaro respondió con cambios ofensivos, Nazareno Solís reemplazó a Toranzo y Diego Mendoza sustituyó a Briasco. La renovación en ataque no modificó demasiado la ecuación de un Globo que se dedicó principalmente a defender la ventaja, en este rubro tuvo dos estandartes entre sus jugadores de campo: Saúl Salcedo e Israel Damonte.

Sobre el cierre varias polémicas: Dos manos en el área de River, una de Martínez Quarta y otra de Pinola, y la insólita decisión de no mostrar segunda tarjeta a un amonestado Saracchi que cometió fuertísima infracción contra Pussetto en el la línea media. Se ve que nada de esto era fácil de cobrar.

Lo concreto es que Delfino pitó el final y el Palacio explotó como en sus noches más doradas. La emoción con la que se vivió el partido termina de eclipsar el análisis futbolero, está claro que Huracán jugó por debajo de sus posibilidades y fue claramente superado desde la posesión; lo importante es que el equipo logró achicar las diferencias entre ambos planteles con argumentos sólidos y válidos, casi sin hacer tiempo ni pedir camilla una sola vez.

Ganó Huracán, y quizás soñar sea lo que mejor hacemos los Quemeros. Está claro que nuestra lucha sigue siendo otra, pero como nunca antes desde el regreso a Primera nos encontramos promediando una temporada larga en los puestos de vanguardia.

Vamos por más, con un equipo que sabe lo que quiere y a la espera de Andrés Chávez.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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