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Superliga 2017/18 – Fecha 1; Independiente 3 vs. Huracán 1 – En el debut de la Superliga Huracán cayó tres a uno frente a Independiente en Avellaneda, por momentos fue ampliamente superado y construyó una preocupante actuación desde el funcionamiento. Y eso que arrancó ganando, puesto a que Ramón Ábila tardó solo 18 minutos en volver a convertir un gol con nuestra camiseta. El Rojo igualó enseguida y pese a su superioridad terminó sacando ventaja tras marcados errores defensivos. Hay material para levantar, pero las piezas no encajan. 


Torneo nuevo, sueños renovados. Todos arrancamos de cero y la esperanza por realizar una temporada positiva brota por los poros. Pero claro, Huracán trae consigo una pesada mochila que incluye otra agónica definición por mantener la categoría y la lapidaria paliza en Copa Sudamericana. Gustavo Alfaro hacía su debut como entrenador en el torneo doméstico y en su chapa se recostaba parte de la esperanza. El DT debía armar un rompecabezas competitivo con las piezas presentadas, algunas nos tienen podridos, otras son nuevas. Y alguna que otra genera ilusión.

Lo concreto es que el Globo se estrenó en el Libertadores de América con la presentación de Saúl Salcedo en la última línea, la aparición del recién llegado Calello en el círculo central y el doble tanque de ataque conformado por Fernando Coniglio y Ramón Ábila. El pitido inicial desnudó intenciones en ambos lados, Ábila tocó al fondo y desde allí se lanzó el primer pelotazo a la nada de la noche. Independiente recuperó la pelota en menos de diez segundos y esto nos sirve como perfecto resumen del juego: Un equipo esperó con las líneas pegadas en terreno propio, casi con la orden de despejar sin importar donde, el otro capturó cada rebote suelto y aprovechó el enorme espacio ofrecido en la franja media para gestar juego con toques cortos sin oposición.

Pero más allá de la superioridad que manifestaba Independiente, quien perdía un mano a mano con Benítez, Huracán encontraría la apertura del marcador en el minuto 18. Ramón Ábila pivotea un lateral desde campo propio bajándole la globa a Fernando Coniglio, quien con campo abierto mete una diagonal a la izquierda descargando en Alejandro Romero Gamarra. Kaku mide y ejecuta un espectacular centro de zurda al corazón del área, donde Wanchope aparece a puro olfato para anticipar con pie derecho a Campaña y ponernos en ventaja. Tremendo lo de Ábila, que en su vuelta ya convertía, para destacar lo de Kaku y Coniglio. Ganaba Huracán.

Pero la alegría duraría un par de minutos, Chimino pierde la cuerda por banda derecha y el centro termina siendo acomodado involuntariamente por Leandro Fernández, que de espalda se la sirve a Benítez, éste volea a gol superando a Díaz. Uno a uno casi sin pestañar, algo de infortuna en ese «espaldazo» y Huracán que perdía la gran oportunidad de defenderse con la ventaja.

Lo que quedó de primera mitad mostró a Independiente más entero, y aunque el Rojo dominada las acciones del partido no encontraba el espacio para lastimar de forma decisiva al arco defendido por un Marcos Díaz inseguro, con salidas desorientadas y conteniendo el balón en dos o tres tiempos.

En el inicio del complemento Independiente profundizó su superioridad, buscando más el arco ante un Globo perdido en el campo de juego. Al cuarto de hora un lateral cayó en el área local, Coniglio la peina pero el Rojo roba sacando el contragolpe. Meza corre con campo abierto para filtrar un balón a Fernández entre Nervo y Salcedo, el capitán hace sombra sin siquiera atinar a desacomodar al delantero, quien solo debe correr hacia adelante para definir mano a mano con Díaz. Dos a uno.

Con la desventaja consumada Huracán cambió la pose, adelantó al doble cinco y tuvo mayor contacto con la pelota. Seguramente que Independiente merme su intensidad también tuvo que ver, pero por un breve lapso de tiempo el Globo demostró que si quería, podía. Aun así estuvimos lejos del gol, desaprovechando totalmente a Wanchope. Sin embargo algún tiro podía quedarnos, como cuando Pussetto desbordó por izquierda y sacó un centro-shot que pudo generar mayor riesgo.

Estábamos en desventaja, en rendimiento y resultado, pero la sensación aún no era de derrota. Sin embargo en treinta minutos el capitán Hugo Martín Nervo fue clave para sepultar cualquier esperanza. El central salió con balón dominado y la regaló sin pudor, con tiempo y espacio le cedió directamente la pelota a un rival. El Rojo recuperó y en apenas tres toques se aprovechó de una defensa desarmada en el retroceso para que Benítez vuelva a facturar. Ojo que Nervo también pudo intentar una falta táctica, pero volvió a quedarse estático tomando la patente de su marca. Tres a uno, y el palo que minutos después salvó la goleada.

Perdió Huracán, sembró muchas dudas y dejó la sensación de ser un equipo mal ensamblado. Pussetto es uno cuando recibe en mitad de cancha, otro cuando lo hace en tres cuartos. Lo mismo Gamarra, inofensivo en la línea media pero potencialmente decisivo en las inmediaciones del área (Asistencia a Ábila). Calello y Compagnucci se amontonan, Coniglio jugó bien fuera del área pero no encontró espacios para generar sus propias oportunidades. ¿Wanchope? Convertirá en oro casi todo lo que toque dentro del área, hay que abastecerlo mucho más.

Luego habrá que tomar decisiones con ciertas piezas que parecen no encajar por mucho que se lo intente, otra vez Nervo nos costó goles en contra.

El rompecabezas está desarmado sobre la mesa, y Alfaro deberá justificar su chapa de entrenador para armarlo de la mejor forma. Era un partido para perder, pero insisto que aún en la marcada desventaja deportiva pudimos habernos llevado algo.  Las desatenciones defensivas, con Nervo como bandera, fueron determinantes en el score.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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