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Enorme victoria de Huracán. Se quedó con el clásico versus San Lorenzo con un golazo de Toranzo de tiro libre. Fue superior a un rival que llegó a la Quema puntero y con un invicto de once partidos, y termina la fecha en la segunda posición. Huracán obtuvo la victoria que tanto ansiaba justo en el clásico, y confirmó la levantada desde la asunción de Domínguez. Fiesta en la Quema, lamento en el Bajo Flores.

LO BUENO

El rendimiento en los 90 minutos: Huracán superó futbolísticamente y en actitud al “Ciclón” a lo largo de todo el partido. Desde el minuto cero, Huracán salió a jugar el partido decidido a ser el protagonista, contra un rival con una propuesta futbolística muy pobre como para justificar su lugar en la tabla de posiciones. Ganó el mediocampo haciendo estéril a la dupla Mercier – Ortigoza e hizo de la posesión su mejor arma. El pelotazo a “Wanchope” no fue el único recurso, ya que intentó jugar con pases cortos, haciendo circular el balón a lo ancho del terreno. En defensa, firmeza más allá de alguna jugada puntual de peligro. Con el resultado a favor, Huracán jugó con la desesperación del rival, ayudado por las expulsiones de Buffarini y Caruzzo. Aunque tuvo la cuota de sufrimiento de siempre, también pudo aumentar la ventaja. Partido redondo, y clásico muy bien ganado.

Federico Vismara: Hay que jugar un clásico con la tranquilidad de la “Bruja”. Soberbia actuación del número 5. Ganó por lejos el duelo del mediocampo y tuvo una claridad y eficacia tremenda para dar el pase necesario. Sin olvidar lo que luchó para disputar cada pelota como si fuera la última. Se hizo gigante en toda la cancha, y probó de media distancia cuando finalizaba el partido. Hacer un gol fue lo único que le faltó. Más que merecida ovación de la gente cuando terminó de atender a la prensa en el campo de juego.

Patricio Toranzo: O se lo ama o se lo odia. No hay medias tintas con el “Pato”. Suplente frente a Lanús y silbado por todo el estadio cuando ingresó. Misma reacción de la gente frente al Rojo cuando fue reemplazado. Ovacionado ayer cuando se retiró del terreno tras el golazo de tiro libre que terminó valiendo una victoria. Lo que necesitaba para reconciliarse con la gente. Además se hizo cargo de la conducción del equipo y lanzó varios pelotazos con buen destino a los jugadores de ataque. Toranzo es capaz de regalarle estas alegrías a la gente, esperemos que logre regularidad en el juego.

Mauro Bogado: Laburo a destajo de Bogado por la banda izquierda. Tanto en la parte defensiva, como en ofensiva a partir de sus subidas. Tras un bajón futbolístico, recuperó el nivel de los primeros partidos. Un jugador importantísimo que juega en cualquier posición de la cancha en donde lo necesite el DT. Casi convierte de tiro libre el segundo gol, pero el palo se lo impidió.

Hugo Nervo: Si Huracán concreta la adquisición de su pase, se asegura un primer marcador central por varios años. Mucha prestancia y solidez del capitán para ser el estandarte de la defensa. Ganó la mayoría de los duelos frente a Matos y Cauteruccio, haciendo inertes los avances de la visita.

Eduardo Domínguez: La tarea de Domínguez desde que encaro la conducción técnica de Huracán debía ratificarse con un triunfo en el torneo local. No era sencilla la tarea. Dejaba el fútbol y agarraba un equipo que venía de perder por goleada frente a Nueva Chicago y se encontraba a 4 puntos de la zona de descenso directo. La seguidilla de partidos no era para nada accesible. Lanús, River, Independiente y San Lorenzo (con Tigre de por medio por Copa Sudamericana). Y además, era casi unánime el rechazo de la gente, señalándolo como uno de los responsables de esta situación. Sin embargo, sumó tres empates valiosos en esta etapa de reconstrucción de un equipo sin alma, al tiempo que goleó a Tigre por la Copa, prácticamente sellando la clasificación a octavos de final. Los rivales de abajo perdían todo lo que jugaba, pero el Globo debía ganar para despegarse aún más. Y el triunfo llegó en el clásico, ni más ni menos. La mano del DT se notó en cada partido, casi con los mismos intérpretes, pero al menos una idea de juego en cancha. Ayer se la jugó con Arano de titular (tras el partido frente a Crucero sostuve que no podía jugar nunca más) y la verdad es que cumplió. Analiza al detalle a cada rival, explota sus puntos flacos y saca provecho al máximo de lo que puede hacer Huracán, aún con las limitaciones del plantel a cuestas. Ayer volvió a hacer funcionar la pareja Toranzo – Montenegro en cancha, y rearmó el mediocampo cuando fue necesario. Sigue invicto desde su asunción, habrá que ver como se afronta el compromiso frente a Tigre, sin descuidar el torneo local, donde todavía se debe seguir sumando. Pero este triunfo le da mucha espalda para que pueda seguir trabajando con tranquilidad. Con la fiesta desatada en el Ducó, el plantel se reconcilió con la gente. Gran parte del mérito es de él.

Triunfo en un clásico: La euforia desatada por la multitud Quemera habla por sí sola. En el retorno a Primera faltaba un triunfo así. Campaña muy pobre en el plano local y decepción en la fase de grupos en la Copa Libertadores hicieron de esta temporada un suplicio por momentos. La permanencia pasó a ser el objetivo principal en un torneo de 30 equipos. Pero quedaba el clásico para recomponer la imagen del equipo y darle una alegría más que necesaria a la gente. Huracán jugó el clásico como debe ser, mientras que la visita no hizo gala de su lugar en la tabla y especuló como en la fecha pasada frente a Boca. Pero no siempre se puede ganar así, hay que tener argumentos futbolísticos, o al menos una intención. El Globo los tuvo y se llevó una merecida victoria. El horizonte parece ser más claro.
LO MALO

La lesión de “Wanchope”: Ábila en este equipo no se puede ni siquiera resfriar. Uno de los graves errores de la comisión directiva a la hora de los refuerzos fue no traer un delantero con al menos algo de jerarquía. Gil Clarotti en la primera mitad del año, y Miralles en la segunda fueron los refuerzos. El juvenil Campana, sin lugar en el equipo se fue a jugar a Chile. Y Borghello, quien sabe por qué, se quedo en el club. Demasiado arriesgado para un equipo con tantos compromisos por delante. Como cuando se lesionó Marcos Díaz frente a Mineros, el silencio de la gente evidenció la preocupación. El mejor delantero de los últimos 25 años (en mi opinión) debía abandonar el campo de juego por lesión. Justo en el clásico, y cuando Huracán se llevaba puesto al rival. Y minutos después de ensayar una tijera tremenda que dio en el travesaño que, de haber entrado, podía disputarle al “Negro” Herrero el lugar entre los goles más hermosos en un clásico (al menos de los que haya registro fílmico). El anuncio por los altoparlantes del ingreso de Borghello despertó gritos de fastidio entre la gente. No hay otra cosa. Esperemos que sea menos grave de lo pensado y “Wanchope” vuelva a jugar lo más rápido posible.

La ausencia de público visitante: Es antinatural vivir un clásico así. A el partido le faltó un condimento extra en la previa, en el durante y en la finalización del partido. La fiesta fue distinta sin la gente de San Lorenzo en la tribuna de enfrente. El disfrute y la fiesta final hubieran adquirido un clímax superior. Ojalá la dirigencia política, los organismos de seguridad y las autoridades de la AFA tomen la decisión de finalizar con esta medida absurda de prohibir la concurrencia del público visitante. Enfrenten realmente el problema de la seguridad en los estadios, no lo esquiven buscando la solución más sencilla.
LO FEO

Vacante: Nada feo en una tarde-noche de fiesta en la Quema.
LOS NÚMEROS

Historial general ante San Lorenzo: Partido número 173. 45 triunfos de Huracán, 44 empates, 84 derrotas y un partido perdido a ambos.

Última victoria ante San Lorenzo: Había sido en el Apertura 2010 en el Tomás Adolfo Ducó. Goleada 3 a 0 con goles de Quintana, Quiroga y Rodríguez.

Última victoria de Huracán: Había sido por Copa Sudamericana, en la goleada 5 a 2 frente a Tigre en Victoria. 3 goles de Espinoza, Bogado de penal y Ábila.
LAS PERLITAS

La figura Quemera: Federico Vismara.

La desilusión Quemera: Ninguna. En mayor o menor medida todos fueron partícipes de esta alegría. Para otros partidos quedarán los reproches.

La mejor jugada: El golazo de tiro libre de Toranzo que significó la victoria en el clásico.

La peor jugada: A Marcos Díaz se le escurre un balón sencillo, dejándolo solo a Matos frente al arco vacío. Por fortuna, no define bien y la pelota cruza todo el arco, ante la parálisis de todo el estadio.

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